miércoles, 24 de enero de 2018

¡Señor magistrado, suspendido en inglés!

¡Bravo!, esta vez el Gobierno no ha conseguido colocar al magistrado Pérez de los Cobos en La Haya. Muchos creen que es un fanático. Mira lo que decían algunos de los que ahora lo defienden, hace diez años. Parece una maniobra sin importancia, pero no es así. Hay mucho en juego, ¡y tanto que lo hay! Nada menos que el prestigio de la democracia española. Claro, se han saltado la ley tantas veces a la torera y con tanto descaro (ellos que dicen respetarla por encima de todo), que se han visto prendidos en su propia trampa.
Esto del procés los ha vuelto como locos. ¡Oye, que estos se van! Pues claro que nos vamos, si no nos hacéis ni puto caso y encima nos chuleáis, ¿qué os habéis creído? ¡Que ya no estamos en la España Imperial, a ver si os enteráis! ¡que vivís como el pobre don Quijote, en una nube!
Resulta que ahora están preocupados. Claro. Han actuado como brutos y se han pasado la democracia por el forro, con tal de mantener la Indivisible Unidad de España. “Mecachis, tenemos un problema con Europa”, se dicen. Aquí, en España, no pasa nada, a lo bruto. Pero, en Europa, estas cosas que les estamos haciendo a los catalanes no lo ven nada claro. A ver, Soraya, ministro Catalá (qué nombre, que cruz, debe pensar), llamadme a este De los Cobos y que pase un examen para irse a La Haya, que nos ha hecho buenos servicios con el Tribunal Constitucional. Mariano, presi, ¡que ya lo hemos mareado bastante! Que suficiente tuvo con el numerito del Estatut. Si no fuera por él, dónde estaríamos. Militante del partido, Mariano, y presidente del Tribunal Constitucional que tumbó el Estatut de Cataluña aprobado por el Parlament y el pueblo de Cataluña. ¡Olé, tus huevos, Marianooo! ¡Muy democrático, hombre! Un anticatalanista compulsivo este De los Cobos, según dicen. Parece que dio una conferencia en su pueblo, Yecla, y los dejó helados. Hace tiempo. Deja, deja, que si lo cogen en Bruselas para cortocircuitar las denuncias que nos están poniendo, se va a ganar un pastón; nada menos que doscientos mil euracos al año por ser juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Soraya, pero es que en el examen dice que hay que saber inglés, ¡ui dios mío! ¿Y ahora qué hacemos? Tú di que sí, que sabes mucho, sí ahí donde dice english level, tú pones… good. ¡Gut, qué! ¡pero que no tengo ni idea, coño! ¡ni de francés tampoco! Dichosos catalanes. “¿Pueden preguntarme en español, por favooor?” Pssss. Es que es para mondarse de risa, si no fuera por todo el daño que está haciendo esta gente.
Suspendido. Además, mentiroso. Ni puta idea de inglés, ni francés. Eso sí, un buen currículo como magistrado: para hacer trampas y retorcer la ley. Como el otro, el juez Llarena. ¿Os habéis leído los autos que redacta contra los prisioneros catalanes? ¿Habéis escuchado lo que opinan los juristas rigurosos? Es delirante, este tío condena antes de juzgar, imputa cargos inexistentes (que se tendrá que comer cuando el propio Tribunal europeo lo corrija), mantiene en prisión a inocentes sin justificación y ¡emite autos que son verdaderas declaraciones políticas! Tal como va la cosa, nos van a meter a todos en la cárcel. Es un juicio contra Cataluña, clarísimo. Nos quieren amedrentar. Que pasemos por el tubo y desistamos. Son unos miserables, unos cobardes; atacan a todo aquel que osa ejercer su libertad. Que vergüenza, en lo que ha acabado el Tribunal Supremo de España, buahh. Pero, se equivocan. De largo. ¿Creen de verdad que somos tan inconsistentes, tan poco seguros en nuestras convicciones, como para abandonar? ¡Ni de coña! Nosotros ya estamos en la República. Que digan lo que quieran. No someterán nuestras voluntades. Tienen la batalla perdida. Nunca perdonaremos lo que hicieron, lo que han hecho, lo que están haciendo; algún día pagaran por ello. ¡Y tanto que pagarán! Nuestro corazón ya está en otra parte. Nos perdieron para siempre. Brutos, miserables.


jueves, 18 de enero de 2018

Él y ella

Él
Se dejó caer en el sofá, donde ella ya estaba y lo miraba. Parecía azorada. La impaciencia lo empujaba a dar un paso más. Ella le atraía de una forma salvaje. Su expresión ingenua daba a entender que su deseo podía más que su temor adolescente. “Arde”, pensaba él. Pero le excitaba la ocultación de su deseo, consecuencia de una mezcla de timidez, inseguridad y temor a la vez. Sí… ella anhelaba, a la vez que temía, el salto audaz de un deseo desencadenado, incontrolable, que un hombre como él representaba. Y esa sensación, percibida en la expresión de ella, le excitaba, retroalimentaba su fogosidad, ahora ya irreprimible. La había conocido esa misma noche. Le gustó en seguida. Ambos iban colocados. Él sintió que ella lo encontraba atractivo y cuando le propuso llevarla a casa no dijo que no. Ahora presintió que era suya.
—¿Me deseas? —inquirió él, excitado.
—¡Espera, espera, espera! —respondió ella, zafándose, mientras él acariciaba ya sus pechos turgentes.
—¡Me vuelves loco!¡Looccco…! —. Su deseo era tan intenso que la envolvía con sus brazos, la besaba y se sentía fuera de sí. Le embriagaba su olor, que ahora olía en su cuello. Ella intentaba escurrirse como una anguila, pero a él esta resistencia le parecía intencionada. Consideraba que era una treta más en su diabólica estrategia para atraparlo más, para excitarlo más.
—Espera, cariño… ¡espera! —decía ella, y lo miraba inquisitiva, incluso, le pareció, con un punto de solícita tristeza.
Él pensó: “es de las que quieren, pero no quieren”; una ambigüedad que lo llevaba al paroxismo.
—¡No!¡Noooo! déjame, por favor —solicitó ella. Y empezó a sollozar.



Ella
El chico le pareció atractivo y simpático. Se lo habían pasado bien. Se acababan de conocer en la discoteca. Él le gastó una broma a propósito de sus pantalones rosas, cuando se acercó a la barra después de bailar. La invitó a una copa. Y le mostró una amplia y tierna sonrisa. Pronto apreció ella que se había establecido una buena sintonía. Por eso dijo que sí cuando le ofreció tomar otra en su casa.
La casa estaba desordenada. La cuadra típica de un soltero. Él cerró la puerta de la vivienda con llave. Le extrañó y le preguntó la razón. Soy muy paranoico con los ladrones, dijo él. Se sentó en el sofá. El chico era muy guapo. Tenía un cuerpo perfecto. Él la miraba insinuante. Sintió que algo iba mal. Lo notó, de repente. Lo miró desasosegada, mientras él caía junta a ella en el sofá, como un fardo. La abrazó y le espetó:
—Me deseas. —Su mirada encendida denotaba que no había sido una pregunta, sino una rotunda afirmación, que la dejó helada.
—¡Espera, espera, espera! —respondió, asustada. Un pensamiento tenebroso cruzó como un relámpago por su cabeza. Su pulso aumentó. Demasiado tarde, se dijo.
—¡Me vuelves loco!¡Looccco…! —dijo él con los ojos inyectados en sangre, manoseando sus pechos. Intentó zafarse, en un vano intento, procurando no ofrecer demasiada resistencia, para no desatar su ira. Luego, el miedo la paralizó.
—Espera, cariño… ¡espera! —. Ahora sentía terror, pero un instinto mayor, de supervivencia, la animaba a impostar una estrategia para zafarse del agresor. Una vana esperanza de apelar a su humanidad.
Ahora ya era consciente del peligro que se cernía, inexorable, sobre ella, impotente para hacer nada. Sabía lo que estaba a punto de ocurrir, pero rehuía siquiera pensarlo.

—¡No!¡Noooo! déjame, por favor —imploró ella, impotente. Una espesa sombra negra cayó sobre ella en ese momento. Y, sollozando, sintió que ya nunca volvería a ser la misma, ni a ver el mundo de la misma manera. 


lunes, 15 de enero de 2018

Soliloquio republicano

¡Habrase visto, un rey que azuza a sus súbditos como si fuesen súbditos! Borbones. Llegan por la puerta de atrás, se cuelan en la escena sin ser elegidos aprovechando el ordeno y mando de un régimen autoritario y en poco tiempo se creen con el derecho de darnos lecciones y decidir por nosotros. El discurso por televisión del borbón después de los hechos miserables del 1-O es un despropósito, un insulto a la dignidad… Lo veo y no lo creo, me bulle la sangre. Mira Lola, cálmate, que eres muy apasionada, me dices. Pero, ¿has visto la desfachatez del tipo? mirándote como si fuera tu padre, regañándote por pensar como piensas, poco después de que unos energúmenos nos apalizaran a la gente indefensa. ¡Prepotente!, qué se habrá creído. Fíjate como lo traiciona el propio escenario televisivo que le han montado para el discursito: el cuadro detrás con un jinete arrogante con la porra al cinto. De verdad que ese día 3 de octubre quedará para la historia, ¡vaya discursito! Buah… ahora ya sabemos que este rey milita en el pepé. En un guiño infame a los suyos, se refocilan en una venganza repugnante, mientras nosotros, tras la paliza, recibimos—¡encima!— la regañina. Aparece, en su despacho, impostando una autoridad que nos debe sin que muchos se la hayamos otorgado, dejando ver por detrás de su figura altiva el rabillo de una porra. ¡¿es una porra?! Lo parece, es una burla del destino. Un perverso recordatorio que aún percute en la memoria, ignominia de su cobarde paseo triunfal por las calles de Barcelona. Una broma macabra para recordarnos el escarnio, para remachar la humillación y señalarlo a él como a un matón. Es el bastón de mando de su soberbio antepasado, montado a caballo, señoreando como él un señorío usurpado. Es curioso como la casualidad puede armar un anuncio inesperado, que se amplifica con la fuerza de un recado que acaba por desplazar al mensaje principal. ¿O, quizás, no es una casualidad?… ¿es posible que sea el guiño de un cámara comprometido y osado, cuya remota intención con este detalle tan sutil como preclaro, sea señalarnos la deriva autoritaria del Estado? ¡Fuera con él! Yo quiero una república; ¡como que me llamo Lola que más pronto que tarde vendrá la República! De hecho, yo ya estoy en la República. Mi corazón está con la República, ya no creo en ellos; que se metan su monarquía parlamentaria y su Constitución por donde les quepa. Yo ya he desconectado. Nos han impuesto su Constitución a la fuerza: no te gusta, toma dos tazas. Te la vas a tragar como aceite de ricino. Qué rabia; estos no tragan, piensan. Les vamos a hacer pasar por el tubo quieran o no. ¿Puede ser que tengan envidia? Ummm, sí, tienen envidia. Lo sé, lo veo. Qué asco, no soportan como somos. Brutos. Han entrado en el país y lo han destrozado todo, como el niño cruel que destroza un hormiguero. Las hormigas hacendosas, van de un lado a otro, rehaciendo lo que han deshecho, impasibles, resignadas, como zombis, como seres robotizados, impasibles a la crueldad que las destruye por el placer de destruir. ¿Qué los mueve a esta conducta incomprensible? ¿el resentimiento?

Entran a saco con el 155. Destituyen nuestro Gobierno, arrasan con nuestro Parlamento. Persiguen a la gente, los intimidan. Meten en la cárcel a nuestros líderes; los rebeldes, dicen. Cuando declaran en su televisión oficial, les tiembla la comisura del labio… ¿De dónde sale tanto odio? ¿Hacía falta poner en evidencia que nos quieren mal, soltando el bajo vientre en una cagalera desaforada espoleados por un Gobierno de mediocres que, en su afán por tapar las vergüenzas de su corrupción, desatan los bajos instintos de la gente? Les explican mentiras, los azuzan contra nosotros. Oeeé, Oeeé. Los utilizan para sus fines mezquinos. España nos roba, les dicen que decimos. Hay que ser miserable. El castellano no se enseña en las escuelas, está discriminado… ya, y yo que hablo. ¿Cómo pueden haber llegado al poder estos incendiarios? ¿Y todos estos jueces y fiscales peripuestos? Buahh… Prepotentes, petulantes, mira lo que te digo. Mirando por encima del hombro, con sus puñetas de puntillas, rimbombantes, ridículos. Parásitos. Meten en la cárcel a cargos electos y luego les dicen que se retracten, que se desdigan de sus ideas ¿hay algo más indigno, más rastrero? Lo siento, lo que hice está mal hecho, no lo volveré a hacer más, prometo portarme bien, por favor, déjenme salir de prisión, se lo suplico. Babean de gusto humillando al adversario. ¡qué asco! Y luego, con una crueldad que revela lo reconcomido de su resentimiento, encima no los sueltan y los mantienen encerrados. El poder de un Estado que ha digerido mal su condición de organismo periclitado, de aparato caduco, ineficaz. Anclado en sueños de un pasado “glorioso” desaparecido, pero que no quiere desaparecer, que basa su poder en el uso de la fuerza, en lugar de la seducción. Patético.

No han aceptado el resultado de unas elecciones que ellos mismos han convocado. Venga, vamos a romperles las piernas descabezando sus organizaciones y metiendo toda la maraña que podamos a ver si conseguimos que voten otra cosa. Y si no, les mantendremos el 155, hasta que se dobleguen. Es patético verlos declarar en la tele, su odio y su resentimiento… ¡malditos catalanes, se han atrevido a votarlos de nuevo! ¡separatistas irredentos! ¡a por ellos! No satisfechos con la infamia de ponerlo todo patas arriba, además pretenden burlarse de nosotros haciéndonos creer que hemos sido víctimas de una monumental comida de coco. ¡Pobrecitos!, los han engañado, dicen. Pero se les ve el plumero, hay mala leche. Haremos todas las trampas necesarias hasta que votéis lo correcto, piensan. ¡Al carajo con la democracia! ¡Vosotros sois nuestros y punto!, dicen. Sí, nos consideran culpables. Culpables de pensar como pensamos y de hacer lo que creemos justo, de querernos escapar. ¡Quieren ser libres!, dicen con desprecio: ¡Pero si nunca habían sido tan libres como durante la “democracia”! ¡les hemos permitido tener unas condiciones como nunca antes en la historia habían podido soñar! Muchas gracias, hombre, muy agradecidos. En veinticuatro horas, con el cuento del 155, se desmonta el Estado autonómico catalán y se pone el Gobierno español a mandar y desbaratar. Esta es la autonomía que se inventaron. ¡Vaya timo! ¡Buf!… siento una opresión, una rabia. Huelo la brutalidad desde lejos, al instante. Instinto femenino. Las mujeres sabemos que es eso; como cuando un hombre, con la excusa de que te quiere, no te deja ir. Primero te pega, luego saca pecho para decirte que lo mereciste, luego intentas deshacerte del maldito maltratador, consciente del peligro que entraña: sabes que es un ogro que reaccionará mal a tu huida. ¡Eres mía!, piensa; no tienes derecho a dejarme. Te amenaza. Por miedo te quedas. Pero quieres huir, bien lejos. Por fin lo intentas, entonces él te busca, te encuentra y te clava una paliza monumental arrastrándote del pelo de vuelta a casa. ¡Eres mía! ¡Antes muerta que sin mí! … ¡qué asco!

¡Como que me llamo Lola que estos canallas no se salen con la suya! Son unos cínicos. ¿Has visto a Rajoy? ¡pero qué tipo, madre mía! Parece que no haya roto un plato, pero es más peligroso que una serpiente de cascabel. ¡Yo no he hecho nada!, pero es de los que te rompe la crisma de un porrazo y esconde la mano. ¿Quién ha sido?... Con tipos así, el mundo se convierte en un lugar peor. Son individuos nefastos; por culpa de ellos se envenena el ambiente, siembran la discordia y todo se vuelve gris y peligroso. Pero yo soy una mujer y no me engañas, con esta expresión de cariacontecido, de aquí qué pasa no pasa nada. ¡Te conozco bacalao! Tú has convertido este país en un estercolero.

Yo no quiero convivir con esta gente. Nos han cogido con su sucia zarpa por el cogote y no nos dejan ir. Brutos. Solo atienden a la razón de la fuerza. Cobardes, había que ver cómo nos pegaban a las mujeres. ¡Pero les organizamos un referéndum! ¡Toma ya! ¿Acaso piensan que pueden con un pueblo pacifico determinado a votar? Cuanto más nos aplastéis, más fuerte será nuestra determinación. Nuestro corazón, nuestra mente, nuestra alma ya está en otro lado, lejos de vosotros. ¿Acaso pensáis que doblegaréis nuestra voluntad por la fuerza? ¡Ja! Ya podéis iros haciendo a la idea: el advenimiento de nuestra República es una cuestión de tiempo. Ahora es una isla de fantasía, un territorio del imaginario, una ensoñación. Pero no hay fuerza capaz de detener un sueño colectivo. El hormiguero destruido volverá a construirse. Y lo volveréis a destruir. Y así infinidad de veces empezará el ciclo de nunca acabar. Cada acción brutal vuestra, será una nueva medida de vuestra condición miserable, de vuestra desesperada impotencia y una afirmación de nuestra irreductible determinación. ¡Sí! Pero, al final, alumbraremos nuestra República, ¡ya lo creo que sí!


¿No os da vergüenza maltratar a la gente por sus ideales y meterlos en la cárcel, sabiendo que son inocentes? Y obligarlos a declarar que sus convicciones son un error, una aberración, a cambio de salir de prisión; ¡qué miserables! Ya, claro… es que nos organizasteis una rebelión, os querías ir de España, clamáis. ¡No podíamos permitirlo! Ah, claro… No podíais permitirlo, pero habéis estado años haciendo caso omiso de nuestras demandas. ¡Que les zurzan!, pensabais. ¡Y qué esperabais? ¿Qué nos quedáramos con los brazos cruzados? Menos mal que no digo todo lo que pienso. Hoy en día no se sabe. No me fio. Ya no hay libertad de expresión. Abrigados detrás de vuestra cobardía, perseguís a todo aquel que protesta en las redes sociales. Quieren acabar con la disidencia. Acallarnos a todos. Los catalanes que pensamos diferente, quieren silenciarnos. “Lola, lola, ves con cuidado con lo que dices”, me sueltas cada vez que me ves teclear en Twitter. España ya no es una democracia, desde luego que no, te lo digo yo. Se han envalentonado: con un energúmeno en Estados Unidos y un atajo de corruptos apoltronados en Europa, las mafias nos tienen bien cogidas por… ¡Asqueroso, Trump! Yo sí que lo cogía a él por el rabo y se lo estiraba bien estirado. ¡Marramiauuu! La democracia declina, nos la han secuestrado, te lo digo yo. Separación de poderes, ¡ja! Que no me vengan con cuentos: ¿acaso creen que nos chupamos el dedo? ¿Pretenden que nos creamos que toda la operación contra Cataluña no es una operación minuciosamente coordinada entre gobernantes, jueces y fiscales? ¿Qué actúan cada uno por su lado, y que la acción perfectamente sincronizada es producto de la coincidencia, que unos y otros actúan independientemente? ¡ja! Tienen a inocentes en las cárceles, acusados con delitos falsos y no los soltarán hasta que les dé la gana, hasta que se les pase la rabia y el odio acumulados. Miserables. Luego sale Rajoy, o Millo, o Iceta, o la madre que los parió y hablan de reconciliación. ¡Ja!, qué cinismo. No tienen vergüenza. Pero ellos, erre que erre, piensan que al final nos cansaremos, nos desmovilizaremos y les dejaremos hacer. ¡ja! Antes pasan por encima de mi cadáver, te lo digo yo, como que me llamo Lola ¿No os gusta la República?, pues toma fem república. No te gusta el color amarillo, pues toma lazo amarillo como una catedral. Os digo una cosa a todos, sí, a todos, españoles, catalanes y a tutti quanti: hoy nos persiguen a nosotros, por malditos-separatistas-hay-que-acabar-con-ellos, pero mañana irán a por vosotros. Como que me llamo Lola que estos no se paran aquí, que lo que quieren es acabar con la gente libre y que piensa. Quieren súbditos adocenados y consumidores, no espíritus libres. ¿Qué noooo? Ya hablaremos. Que te lo digo yo: lucha ahora por tu libertad, sino te la birlarán. ¡Viva la República!


sábado, 9 de diciembre de 2017

Ciudadanos: un lobo agazapado tras una piel de cordero

¿Qué se esconde detrás de Ciudadanos? ¿Qué oculta la cara inocente de Inés Arrimadas? Esta es una de las cuestiones más interesantes de la nueva situación política en España. Creo que daría para un buen trabajo de investigación periodística. A fondo, para desentrañar quienes están detrás, que oscuros intereses desean promover.

De entrada, es un secreto a voces que Aznar, rebotado con el PP, simpatiza con el nuevo partido de la derecha. ¿Sólo simpatiza, o hay algo más? También se dice que la fundación FAES alienta este nuevo partido, pues lo ve mejor armado para imponer el nuevo orden en España. ¿Qué traman? Ahora leo en los periódicos que el taimado Manuel Valls, exprimer ministro de Francia, participará en la campaña del 21-D a favor de Ciudadanos. Es un personaje siniestro, pregunten a los franceses.

Hay una cosa que parece ya evidente: Ciudadanos es un partido más la derecha que el propio PP. Ya es decir. Además, es un partido ultranacionalista. Ultranacionalista español, claro está. Es curioso. Muchos lo vemos como un fenómeno parecido al Front Nacional de Le Pen, nadie parece en España —o en el resto de Europa— verlos como “nacionalistas”. “Qué horror”, se dicen… “¡Na-cio-na-lis-taaas!”, esgrimen alargando el cuello y girando los ojos a un lado. Es curioso, no se ven a si mismos como nacionalistas. “¡Los nacionalistas son los otros!”, amonestan como si se tratara de un insulto.

“La democracia es frágil y, a menos que se tenga cuidado, podemos seguir el mismo camino que la Alemania nazi”. Son palabras de Obama, que refleja hoy la prensa. Se refieren a EEUU… ¿Sí? ¿Estamos seguros? ¿o, acaso, nos las podemos aplicar?

Hoy Cataluña está en jaque, pero yo no albergo dudas de que el “¡a por ellos!” va mucho más allá de la furiosa persecución de los independentistas catalanes. En el ojo de mira del neofascismo está Podemos y sus confluencias, los movimientos herederos del 15-M, la única esperanza que le queda a este país de recuperar lo que nos han birlado unas élites egoístas e implacables, que ahora, me temo, nos agitan un lobo con piel de cordero.


jueves, 7 de diciembre de 2017

Catalunya, capital Bruselas

“Don Mariano, la manifestación en Bruselas ha sido un éxito, lo lamento”, suena una voz lacónica y metálica al otro lado de la línea. Don Mariano cuelga el teléfono en la Moncloa. Un tic casi imperceptible delata su incomodidad por la noticia. Según la policía belga, unas 45.000 personas se han concentrado en el centro de la capital de Bélgica, hoy capital de Catalunya. Todos los noticiarios del mediodía abren con la noticia. Europa perpleja empieza a suponer que quizás sí que algo no acaba de funcionar en España. ¡Carallo, estamos ben fodidos con isos catalanes!, espeta el Presidente.
—Don Mariano, la vicepresidenta doña Soraya al teléfono —suena la voz de la secretaria en el dictáfono.
—Pásemela —consigna el Presidente
—Presidente… ¡la madre que los parió! Y ahora que hacemos…
—Bien…, eso, Soraya… son cosas que pasan. Hilillos que se forman y acabarán por disolverse. Sí, sí… Oye, Soraya, habla con TVE; ¿Tenemos alguna cosilla entretenida para pasarles a los españoles? Ya sabes… Esto, llama a la Junta Electoral y diles que censuren la noticia: conculca los tiempos asignados a cada formación.
—Que no cuela Mariano, que hoy en día todo el mundo lleva esos malditos chismes y se enteran de todo por el tuiter, el guatsap y el feisbuc. Tenemos al personal soliviantado, están que trinan. Cospedal se ha vestido de capitán general y ensaya proclamas ante el espejo.
—Tranquila, Soraya. Lo mejor es dejar pasar el tiempo. Mantenerse agazapados, sin decir ni pío. Mutis por la audiencia.
—Mariano, tu siempre con la estrategia de la tortuga escondiendo la cabeza bajo el caparazón esperando que amaine la tormenta. Que no cuela, mira el lío que se ha montado. ¡A mala hora no nos sentamos a hablar en su momento con el Pucdemon!¡Mira el follón que nos han montado ahora!¡Qué nos hunden el país, Mariano!
—Sorayita, que este no traga con cualquier cosa. Ya sabes que estos separatistas son muy duros de mollera.
—¡Mariano, Mariano! …cuelgo un momento, que me llama por la otra línea el Marqués de Montevelludo…
—¿¡Don Gaspar!?
—Sí, te vuelvo a llamar en un segundo.
La Moncloa es ahora un hervidero de teléfonos sonando. Parece un espectáculo de feria. El Presidente pasea arriba y abajo apenas desperezándose de su flema. Se atusa la barba. Encoge los brazos junto al cuerpo y da cuatro o cinco rápidos saltitos, rodillas bien altas, como si se dispusiera a correr los cien metros libres o, quizás, simplemente rememora su footing madrugador. Una nueva estridencia resuena en la oficina presidencial. Es la voz de la secretaria que anuncia al presidente Juncker.
—El Presidente de la Comisión al aparato, Presidente.
—No, no, Ketty. Ahora no. ¡Sólo me falta que este!
Ya me lo decía mi padre, piensa el Presidente; cuanto menos te lo esperas, saltan estos catalanes y te montan la de dios es cristo. ¡Y cuanta razón llevaba, carallo! Esto ya no hay quien lo pare, como los separatistas consigan su propósito, me cortan los huevos.
—Presidente, doña Soraya de nuevo. ¿Le paso? —inquiere Ketty.
—Sí, sí, pásamela —dice Rajoy recuperando la compostura.
—¿Mariano?
—Sí, dime, dime…
—¡No veas la que me ha montado don Gaspar! Quieren ir en procesión hasta Bruselas… Montar una romería españolista, para protestar por la manifestación de los separatistas y sentar ante Europa con meridiana claridad que España es Una, Grande y Libre además de totalmente indivisible. Parece que cuenta con la adhesión de la Orden de los Sagrados Caballeros del Tapiz de Mantua, Los Caballeros del Sepulcro Enigmático, la Sociedad Civil España Es Ultra, la Hermandad de Jueces y Fiscales Monárquicos y la Sociedad Taurina de Peñafiel, que pide prestada la cabra de la Legión.
—Uy, uy, Soraya. Mira a ver como te lo quitas de encima. Sólo nos faltaba esto. Además, ya sabes que no tienen ni un duro y nos vienen siempre con el cuento de que si una subvención, que si…
—Don Mariano, el President Puchdimon… digo, el señor Puchdimon le llama desde Bruselas. ¿Le paso? —inquiere la secretaria, cortando la conversación con la vicepresidenta, consciente de la importancia de la llamada.
—Soraya, ¡el Puchdi! Te llamo luego —dice el Presidente y pulsa el botón de su terminal para conectar con el prófugo separatista:
—Dígame, dígame Puchdemong, ¿Qué se le ofrece?
—Presidente Rachoi, ríndase a la evidencia. ¿Ha visto el éxito aclaparador de nuestra manifestación? Le reconozco que ni yo mismo me sé avenir. Me gustaría que hiciera una reflexión raonada de los hechos de hoy y en traiga las conclusiones.
—Mire, señor Puchdimong, la ley es la ley, como no podría ser de otra manera, y está para cumplirla. Yo me debo a la Constitución y no puedo saltármela a la…
—¡Prou, prou, Mariano! que esta canción ya me la sé. Semos y seremos gente catalana; queremos lo que queremos y no renunciaremos a nada para aconseguir nuestro anhelo de libertad.  Así que, tan aviado como gane estas elecciones que usted mismo ha montado, vaya proponiendo una trobada.


martes, 5 de diciembre de 2017

NO-DO

Hoy, Barcelona ha amanecido con el frío invernal a sus puertas, pero los barceloneses no se han arredrado y han salido a la calle para ver a la hermosa ciudad condal vestida con sus mejores galas para la Navidad. En las imágenes, podemos ver a las familias paseando por fin tranquilamente en las animadas las calles de la capital catalana disfrutando, con renovada alegría, de las alegres luces y motivos navideños, así como de los vistosos escaparates que hacen las delicias de niños y mayores. Lejos han quedado los alborotos de los últimos meses y miran con orgullo el orden constitucional felizmente restablecido.

Una vez apartados los sediciosos, el Gobierno de la Nación destaca la firme colaboración de los altos cargos de la Generalitat para aplicar el artículo 155. El secretario de Estado de Administración Territorial considera restablecido el orden constitucional y estatutario. “Los ciudadanos saludan con alivio el retorno a la normalidad”, señala Bermúdez de Castro, recién llegado de Madrid. Los agitadores profesionales no han tenido ningún éxito a la hora de intentar sus diabólicas maquinaciones, ha confirmado; “los aplicados funcionarios catalanes están por la ley y el orden”, ha dicho.

Al mediodía ha tenido lugar una recepción para celebrar el día de la Constitución en la Delegación del Gobierno. Acompañaban a las autoridades civiles las autoridades militares de la provincia para conmemorar este importante evento de la Patria, símbolo de nuestra unidad y concordia. Los ilustres invitados han departido alegremente. Don Alberto Fernández Díaz, destacado representante del Partido Popular de Cataluña saluda al Capitán general de la Región; “Mi general, pique un poco de jamón, verá como no tiene nada que envidiar al que se sirve en Madrid”, sentencia con orgullo el insigne político catalán. Se ha servido un cava catalán, cortesía de la casa Freixenet. Don Enrique Millo, el anfitrión, nuevo responsable de la Cataluña felizmente devuelta a la ley y el orden, brinda por el futuro de España: “Cataluña será, dentro de ella, su más fiel y devota hija. ¡Viva España!” exclama emocionado. A la salida, recibidos cariñosamente por la población y los sonidos de la tenora y el flabiol, las autoridades son obsequiadas con el baile de una sardana organizada por la Cobla de Montalsec de Riutort y un Castell de dos de vuit amb folre de los prestigiosos Castellers de Cabrallonga.

Ese mismo día por la tarde, el secretario de Estado de Seguridad, don José Antonio Nieto, aterriza en el aeropuerto de Barcelona acompañado de otras autoridades de la Seguridad del Estado. Han viajado desde Madrid para visitar las instalaciones de los Mossos de Esquadra, la orgullosa y eficiente policía de los catalanes. Desde El Prat, la comitiva se desplaza hasta el complejo de Egara en Sabadell, sede de los servicios centrales de este cuerpo policial. Ahí los espera el Comisario Jefe de la policía catalana, que recibe a las autoridades del Reino en marcial formación acompañado de su Estado Mayor. Después de las salutaciones preceptivas, la comitiva policial ha visitado las modernas instalaciones. Finalmente, don José Antonio Nieto ha elogiado en un sentido discurso la labor de la policía catalana, restituida en su labor de garantizar el orden constitucional. “Participaré a Su Majestad la lealtad de nuestros servidores del orden en estos lugares patrios”, afirma el alto funcionario con orgullo, recibiendo una cerrada ovación de los presentes.


lunes, 20 de noviembre de 2017

Ejecuciones y 155


He oído hoy en las noticias que se acaban de suspender los trabajos de excavación de las fosas comunes de la Guerra Civil en Cataluña. En Soleràs, en Les Garrigues; el lugar donde hay más cuerpos enterrados de Cataluña. Lo han ordenado quienes están aplicando el 155. ¡Mira por dónde se les ha visto el plumero! No han podido evitarlo. La prudencia hubiera aconsejado no significarse de forma tan evidente en un tema tan espinoso. Pero no, puede más que ellos. Han detenido las investigaciones. A lo mejor pensaban que pasaría desapercibido. O no, ya sabían que nos enteraríamos. ¡Que más les da! Su visceralidad, su odio, puede más que una calculada y cínica prudencia. Han quedado retratados. Con esta decisión han marcado, una vez más, cómo son, qué piensan, cómo se llaman y a quienes protegen.

Foto: Jordi Borràs, El Món.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Prestige


Hace quince años el señor M punto Rajoy gestionó la crisis del Prestige. Una terrible marea negra se cernía sobre las costas gallegas. Un drama, una tragedia ecológica sin precedentes. Los ciudadanos, alarmados, esperaban explicaciones. El señor M punto Rajoy informó que del barco salían pequeños hilitos de plastilina. También salían pequeños hilitos de Cataluña, cuando todo el mundo estaba alarmado y veían un choque de trenes.

—No se preocupen, lo hilos que salen de Cataluña quedan inmediatamente solidificados. Se están enfriando —aseguraba M punto Rajoy.

Pero Cataluña cargaba 76 972,95 toneladas de fuelóleo de alta densidad y viscosidad. Se mascaba la tragedia. Si todo eso se vertía, podía suponer uno de los mayores desastres políticos de la historia de España. El barco se rompe y empieza a perder fuel. Todo el mundo prevé un desastre. La crisis está encima de la mesa del señor M punto Rajoy. Paralizado, no reacciona, no sabe que hacer.

—¡Hay que sacar ese barco de ahí de una puta vez! —dice alguien con sensatez.

Unos días más tarde la grieta abierta en Cataluña era ya de cincuenta metros. El fuel salía a manta del enorme vientre del Prestige. El chapapote empezaba a invadir las hasta ahora cristalinas playas. Pero M punto Rajoy no hacía nada. Finalmente, Cataluña se parte por la mitad. Las autoridades siguen negando el problema, pero 54.000 toneladas ya han sido vertidas al mar.

—¡Que no cunda el pánico! —declara M punto Rajoy. —El problema solidificará en una apañada solución y quedará tranquilamente depositado en el fondo.

Pero las autoridades, contra toda lógica, en lugar de coger el toro por los cuernos y traer a los catalanes a puerto, ¡en seguida!, para evitar que el chapapote se expande y afecte a toda la costa, para minimizar el problema, hablando y buscando una solución negociada que evite males mayores, deciden alejar el barco a alta mar, dónde el resultado a está a la vista de todos: una vez en mar abierto, el Prestige revienta y vierte miles de toneladas de crudo que se esparcirán por miles de kilómetros de costa. Cataluña, y España detrás de ella, están fatalmente prendidas en el chapapote. Es desolador ver a las aves marinas ennegrecidas, muertas bajo esta masa asfixiante. Es un desastre. M punto Rajoy, rehuyendo un mal menor, se ha metido en un avispero. Un error garrafal. Una negligencia que cambiará para siempre la armoniosa vida de nuestras costas. 


Foto: Me encantaría citar la autoría de esta fotografía magnífica que he encontrado en Internet, pero sin mención alguna al autor. Si alguien lo sabe, por favor que me lo haga saber.


miércoles, 15 de noviembre de 2017

Persistent realitat

No tinc por!, no tinc por!... No és veritat. Sí que tenim por. Com pots no tenir por quan un Estat actua d’una forma tan violenta!?

La por paralitza. És un verí que inocula el poder per fer callar la gent. El argument de la força és molt contundent en mans de d’un Estat potent i autoritari. Ara ja no és la força bruta, que es va aplicar miserablement com a correctiu contra la gent indefensa, com aquells pares energumènics d’abans que es treien el cinturó per clavar-te una pallissa. Ara és quelcom de molt més subtil però alhora inquietant i perillós. Ara és l’hora de l’amenaça soterrada, de la subtil vigilància de cada opositor per reprimir-lo. Ara és l’hora de la desinformació, d’aprofitar el poder omnímode sobre els canals de comunicació per introduir tota la càrrega d’un missatge trampós i malintencionat, posant en boca dels acovardits opositors paraules que no han dit, que responen al que es vol que diguin. Ara és arribada l’hora de esborrar de la realitat els més de dos milions de persones que pensem el que pensem, fent-los opacs a través d’un relat postvertader, descaradament inventat. Però, la realitat és persistent. El que voldrien es que ens fonéssim fins a desaparèixer: a falta d’una mort desitjada que, de moment, no poden executar, ens volen simbòlicament desapareguts. Tal és el seu esperit democràtic, que davant del estrès que els hi suposa conviure amb la nostra legítima discrepància, han preferits liquidar-nos simbòlicament, com si no hi fóssim.

Sota el xantatge intolerable de salvar-los de la presó, maneguen als nostres legítims representants com volen. Els hi fan dir el que volen que digin. Es clar, tenen por... no volen podrir-se a la presó. Se´ls hi pot retreure? Què faríem nosaltres en el seu lloc? Quina actitud més miserable la d’aquest Estat que ha deixat de ser democràtic! I, en el súmmum del seu cinisme, ens intoxiquen dient: “¡lo veis, se han equivocado, no sabían ni adónde iban! ¡Es, todo, una gran mentira, os han engañado!” Pobrets, ens hem deixat manipular. Per lo vist som uns burros que ens hem deixat arrossegar per una banda de desaprensius que se´n fotien de tot. Es clar...

Mireu. Tot ha estat un miratge; aquest el missatge que volen que us graveu al cap. “Lo que no interesa, no existe”, pensen. Però, són ben innocents, us ho dic. La realitat és persistent. Els més de dos milions de persones que protesten de forma sistemàtica des de fa anys, acudint a manifestacions pacífiques, són una realitat. No un mal somni com pensen ells. Per molta força que apliquin, per molta violència i brutalitat que li fiquin, més de dos milions de persones no es fonen, ni es poden fer desaparèixer com voldrien, us ho ben asseguro. El problema els hi saltarà de nou a la cara, fins que entenguin que cal trobar una solució.


I quina solució em de trobar ara? Deixant a banda la independència; què pensen els catalans unionistes del agravis patits? Estan còmodes amb les pallisses que ens han clavat? La veritat, en a mi em semblaria molt malament que els apallissessin amb ells, per més adversaris que siguem. És indigne. Ho trobaria intolerable. No ho veuen així, ells? Jo crec que sí. La intervenció violenta del Estat ha deixat la impressió d’una venjança. Una fúria desencadenada per apaivagar la seva frustració i impotència. És pot humiliar als catalans i després pretendre que col·laborin en cosir la ferida, com demanen ara cínicament? Són conscients de que han trencat el llaç afectiu per sempre? Demano: poden aspirar a mantenir subjugats a la mitat dels catalans contra la seva voluntat?  Quin país pretenen construir amb aquesta situació, després d’aquesta ofensa tan greu?


lunes, 13 de noviembre de 2017

Justicia inquisitorial


El día el 16 de febrero de 1616 es un día fundamental para la historia de Europa. Esta a punto de producirse uno de los acontecimientos más transcendentes de la historia de nuestra civilización. El prestigioso y reconocido sabio Galileo Galilei, eminente ciudadano, es convocado por el Santo Oficio. La Inquisición está escandalizada por sus tesis sobre el Heliocentrismo. Quieren censurarlo, escarmentarlo por su intolerable osadía. Días atrás, la poderosa Iglesia católica, el papado, el establishment europeo, escandalizada por la tesis expresada por Galileo de que la Tierra se mueve alrededor del Sol, deciden detenerlo y enviarlo a prisión. Su proposición revolucionaria dinamita los cimientos del pensamiento tradicional, sólidamente establecido. Un atentado, no ya contra las leyes, sino contra los principios divinos inamovibles, contra la concepción verdadera del mundo. Los inquisidores, astutos, comprenden que el sabio Galileo es una seria amenaza contra el poder establecido que ellos representan y que se sustenta en una determinada manera de concebir el mundo, asentada como verdad irrefutable. Ante el peligro que entraña tamaña osadía, se deciden por una estrategia tan astuta como miserable. Proponen a Galileo que abjure de su proposición heliocéntrica a cambio de entrar en prisión y recuperar así la libertad. El científico renacentista ya es casi un anciano, consciente de que no podrá resistir los duros rigores de la prisión. Acepta, humillado, la propuesta. Está a punto de retractarse de sus intolerables tesis sobre el Universo. Se dispone una pantomima en la plaza pública, a la vista de todos los ciudadanos. Se da amplia publicidad al acontecimiento. Los opulentos cardenales se sientan solemnes en el tribunal del Santo Oficio, haciendo bien visible su poder omnímodo. Galileo, humilde y vencido, declara humillado bien alto y fuerte para que pueda ser oído por todo el mundo:
—Me equivoqué cuando, en mi insolente vanidad, aseguré que la Tierra se mueve alrededor del Sol. La verdad, como rezan las Divinas Escrituras, es que la Tierra es el centro del Universo y el Sol gira a su alrededor, tal como Dios lo creó por los siglos de los siglos.
Con esta confesión, el poder inquisitorial se dio por satisfecho. Nada podía convenir más a sus intereses que el sabio abjurara de sus convicciones. Eran conscientes que el castigo infligido era mucho más severo y cruel que entrar en la prisión. Con esta miserable patraña la Iglesia Romana perpetuaba un tiempo más su injusta imposición sobre la sociedad y mantenía una mentira que daba aliento a sus mezquinos intereses.
Galileo Galilei, fundador de la ciencia moderna musitó para sí: “E pur si muove”. Con este hecho, Galileo alumbraba el nacimiento del mundo moderno, un paso de gigante de la humanidad hacia su liberación y su progreso.

El espíritu de Galileo Galilea campa hoy en el ambiente. España muestra una vez más que es una digna heredera de la intransigencia de la Inquisición, no en vano es una Institución que ella misma inventó y utilizó durante siglos para doblegar, torturar y asesinar a sus adversarios. Centenares de miles de víctimas fueron masacradas por su ciega, brutal y vengativa forma de hacer justicia. Con razón, los historiadores la consideran una de las instituciones más macabras y letales de la historia de Occidente.

Hoy flota en Catalunya un aire enrarecido. Se ha instalado en el ambiente, de forma sólo sutilmente perceptible, un clima de amedrentamiento. Nuestros líderes políticos están encarcelados. Los que no lo están, aparecen medrosos ante la opinión pública. De la noche a la mañana parecen haber cambiado su pensamiento. La prensa, sorprendentemente, modula sus convicciones, las suaviza, las disuelve imperceptiblemente en una blanca ambigüedad. Algunos responsables políticos, asustados, dicen estar convencidos que los espían, que les roban documentos. Una neblina como de un gas letal invade poco a poco todos los recovecos, como un veneno que no huele y no es visible, pero que transforma poco a poco el paisaje. Nuestros principales líderes, en el exilio, en la prisión o en la calle, manifiestan ahora incoherentes opiniones contradictorias. El veneno va impregnando todo poco a poco. La represión, ahora sutil y taimada, ejerce su inexorable presión. La intimidación se presiente, pero no se ve. Ya no son los burdos apaleamientos del uno de octubre. Ahora es el inexorable, terrible despliegue de la razón de Estado, que paralizando con el miedo ejerce su implacable poder.


domingo, 12 de noviembre de 2017

La Constitució Espanyola i el Dret internacional



Coautor d'aquest article: Andreu Comas

El dret d’autodeterminació està consagrat pel Dret internacional. És un dret fonamental del que disposen les nacions del món per decidir lliurament el seu futur. Espanya és signatària de tots el tractats internacionals que regulen els drets fonamentals de les persones i dels pobles, que recull la ONU. Aquest mateix Dret internacional obliga als Estats signataris a adaptar les seves Constitucions a aquest principi superior. Per cert, alguns constitucionalistes diuen que el dret d’autodeterminació ja només es respecte al Tribunals internacionals quan es tracte de nacions colonials, però no en el cas de nacions com Catalunya, ben integrades en un Estat democràtic. Efectivament, al desembre de 1960, la resolució de U.N. n/ 1514/XV la Assemblea General regulava i protegia els drets de autodeterminació de les colònies. De 1960 fins ara a plogut molt. A pesar d’això, continuen essent molts els constitucionalistes que defensen que Catalunya té el dret d’autodeterminar-se. Per tant, les coses no estan tan clares com ens ho volen fer creure. És, com a mínim, un tema controvertit.

En qualsevol cas, el més important —que tampoc es diu— és que Espanya està obligada a obeir el Dret internacional per sobre de la Constitució Espanyola, al ser de rang superior.
Els pactes internacionals sobre els drets humans diuen:  
     
1. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural.
2. Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia.
3. Los Estados Partes en el presente Pacto, incluso los que tienen la responsabilidad de administrar territorios no autónomos y territorios en fideicomiso, promoverán el ejercicio del derecho de libre determinación, y respetarán este derecho de conformidad con las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas.
L´article 4 del Estatut vigent de Catalunya, en el seu apartat 1. Drets i principis rectors diu:

Els poders públics de Catalunya han de promoure el ple exercici de les llibertats i els drets que reconeixen aquest Estatut, la Constitució, la Unió Europea, la Declaració universal de drets humans, el Conveni europeu per a la protecció dels drets humans i els altres tractats i convenis internacionals subscrits per Espanya que reconeixen i garanteixen els drets i les llibertats fonamentals.
Aquí teniu negre sobre blanc el que us estem argumentant. Per tant, quan les forces polítiques que han imposat el 155 esgrimeixen la Constitució dient que el Govern i el Parlament de Catalunya l’han conculcada, simplement estan forçant la legalitat. Com a mínim es pot dir que “recargolen” la legalitat internacional vigent, forçant una imposició que no han sabut solucionar a través de la política.

En el article 15 sobre els Drets de les persones, apartat 1, el Estatut de Catalunya diu:

Els ciutadans de Catalunya són titulars dels drets i els deures reconeguts per les normes a què fa referència l’article 4.1.
Per tant, cad’un de nosaltres som personalment depositaris d’aquest dret, d’aquesta sobirania, que ens garanteixen els tractats internacionals.

Ara mireu el que diu la Constitució Espanyola respecte a la assumpció dels tractats internacionals:

Artículo 93:
Mediante la ley orgánica se podrá autorizar la celebración de tratados por los que se atribuya a una organización o institución internacional el ejercicio de competencias derivadas de la Constitución. Corresponde a las Cortes Generales o al Gobierno, según los casos, la garantía del cumplimiento de estos tratados y de las resoluciones emanadas de los organismos internacionales o supranacionales titulares de la cesión.
Artículo 94:
1.   La prestación del consentimiento del Estado para obligarse por medio de tratados o convenios requerirá la previa autorización de las Cortes Generales, en los siguientes casos:
a) Tratados de carácter político.
b) Tratados o convenios de carácter militar.
c) Tratados o convenios que afecten a la integridad territorial del Estado o a los derechos y deberes fundamentales establecidos en el Título I.
d) Tratados o convenios que impliquen obligaciones financieras para la Hacienda Pública.
e) Tratados o convenios que supongan modificación o derogación de alguna ley o exijan medidas legislativas para su ejecución.
2.   El Congreso y el Senado serán inmediatamente informados de la conclusión de los restantes tratados o convenios.
Artículo 95:
1.   La celebración de un tratado internacional que contenga estipulaciones contrarias a la Constitución exigirá la previa revisión constitucional.
2.   El Gobierno o cualquiera de las Cámaras puede requerir al Tribunal Constitucional para que declare si existe o no esa contradicción.
Artículo 96:
1.   Los tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno. Sus disposiciones sólo podrán ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo con las normas generales del Derecho internacional.
2.   Para la denuncia de los tratados y convenios internacionales se utilizará el mismo procedimiento previsto para su aprobación en el artículo 94.
Tots els tractats referits estan aprovats per les Cortes Generales i publicats al BOE. Veiem com el Articulo 94 està en flagrant contradicció amb el acatament a la legalitat internacional a la que, per altre banda, es sotmet la Constitució. ¿Com pot ser? Si veieu els casos esmentats, entre ells el polèmic punt c) us adonareu com la pressió franquista va influir la redacció d’aquesta carta magna incloent aquesta important trava. Des del meu punt de vista, aquest és un del nombrosos punts de la Constitució del 78 que la fan obsoleta en la actualitat.

Ara anem a la interpretació del dret de autodeterminació per el TIJ de l’Haia. El tribunal va considerar per majoria que la declaració unilateral de independència de Kosovo no vulnerava el Dret internacional. Recorda el tribunal que al segle XVIII i XIX van existir moltes declaracions de independència, que al segle XX, les colonies  van exercir aquet dret. Però que al segle XXI, el president del tribunal referint-se a Kosovo declara:

 El derecho internacional general no contempla prohibiciones sobre las declaraciones de independencia y, por tanto, la declaración del 17 de febrero de 2008 no viola el derecho internacional general”.

A la època el ministre Moratinos va esser absolutament en contra de aquesta determinació, en canvi EEUU i altres països europeus van reconèixer el nou estat.

En resum, no és pot afirmar que el camí emprès per Catalunya sigui il·legal. En tot cas, insistim, es discutible. Es pot entendre que avui interessa l’estabilitat territorial a Europa. Ara bé, si aquest és el desig s´ha de aconseguir per la via del diàleg i la negociació, mai per la via de la imposició i, menys, per la violència.

Es possible que els catalans desitgin majoritàriament la independència... o no, potser desitgen quedar-se a Espanya. No ho sabem. Si el Estat ens considerés lliures i fos respectuós amb els nostres drets legítims, hauria permès el referèndum. Un cop la majoria del Parlament de Catalunya esgrimeix el dret majoritari del catalans a fer ús del seu dret, el Gobierno de España y les Cortes tenien l’obligació legal de convocar a Catalunya per a decidir el seu futur, com s´ha fet a Escòcia o al Quèbec. O bé com es va convocar per refrendar l'Estatut el 18 de juny de 2006: llavors no residia la sobirania en tot el poble espanyol? Es clar que no: ningú va dubtar que correponía sols als catalans decidir per aquesta questió. 

Entendre que la sobirania resideix "exclusivament" en tot el poble espanyol va contra el dret internacional fonamental que té un ordre jeràrquic superior a la CE del 78 i el propi Estatut vigent i contra la pràctica històrica d'Espanya. La Constitució no pot ser contraria al Dret internacional. En cas de conflicte, com proclama ella mateixa en el article 95 i 96 exposats més amunt, hauria de fer les pertinents modificacions. Aquesta solució hauria estalviat molts maldecaps. Espanya ha escollit el xoc. Segurament, a més, hauria guanyat el NO; ¡vés per on! Però per a nosaltres el que és realment essencial no es si NO o si SÍ. El que és important és que es reconegui i respecti el nostre dret legítim a decidir. ¡Encara que no el fem servir mai!


Il·lustració de Forges: excel·lent vinyeta de Forges. Però cap demanar-se: ¿qui maltracta en realitat a la Constitució? ¿els que diuen defensar-la, a lo millor...?


viernes, 3 de noviembre de 2017

¿Qué pasa en España?


La Constitución del 78 ha dejado de ser un instrumento para la cohesión, la armonía y la paz entre los españoles. La ley es una herramienta al servicio de los ciudadanos y no al revés. Cuando una parte importante de la sociedad pone en cuestión la legitimidad de la ley, porque ha dejado de considerarla justa, quiere decir que ha llegado el momento de cambiarla. Esto es lo que ocurre ahora mismo en España.

El problema es que España está dividida entre aquellos que esgrimen la Constitución como un marco legal intocable y aquellos que consideran que se ha convertido en un freno a sus legítimas aspiraciones.

Esta realidad ha llegado a su paroxismo con el conflicto catalán. Pero hay muchas otras cuestiones, hoy larvadas, que hacen que muchos ciudadanos, no solamente catalanes, crean que hemos llegado al final de un recorrido.

El encarcelamiento de los miembros del Govern de Catalunya por una juez de Madrid ha desbordado el marco del conflicto catalán y se ha convertido en un problema mayor que ha abierto los ojos a muchos, en todo el mundo, sobre la salud de la democracia en España. La puesta en prisión de los cargos electos del pueblo catalán por una juez de la Audiencia Nacional, de forma arbitraria y contraria a la ley, en un acto que obedece a la venganza más que a la aplicación de la justicia, demuestra que la ley en España pasa por encima de la voluntad popular soberana. La soberanía popular, que consagra la tan blandida Constitución, vuelve a ser enmendada una vez más por los tribunales.

La situación es insostenible. El conflicto ha adquirido unas proporciones descomunales. España ya está incendiada. El Gobierno del Estado y los estamentos del poder judicial conjurados para castigar de forma implacable a Cataluña, no se detendrán hasta que los ciudadanos demócratas de todo el Estado destituyan al gobierno actual y permitan que un nuevo equipo inicie un proceso de pacificación. El conflicto catalán tiene solución, pero no con unos partidos en el poder que tienen el propósito de desmontar el Estado Autonómico. Hay que aceptar la realidad de que España es un estado plurinacional y que la actual Constitución discrimina esta realidad. No podemos seguir rigiéndonos por una ley suprema que se redactó al final del Franquismo. Ahora ya no sirve; a las pruebas me remito: por culpa de ella, el país está sumido en el caos camino de su destrucción. Los llamados “constitucionalistas”, encastillados en el Régimen corrupto del 78, han optado por la fuerza, por el aplastamiento del adversario. Los catalanistas, desesperados, se refugian en el independentismo. Están a la vista unas elecciones que todos miramos con recelo, pues difícilmente se darán las condiciones para que sean libres. Para empezar, los líderes civiles y los cargos electos de los ciudadanos de Cataluña están en la cárcel. ¿Qué más tienen preparado para hurtarnos un resultado que no toleran?

Europa debe implicarse. Ya está bien de mirar hacia otro lado. En la Guerra de los Balcanes miraron para otro lado y asistieron impasibles a un genocidio. En la crisis de los refugiados, han mostrado su rostro más inhumano y execrable, dando de lado a millones de seres humanos desesperados que escapaban de la muerte. En lo más crudo de la crisis económica, han dado la espalda a los ciudadanos europeos pobres para proteger los derechos de los ricos. ¿Van a hacer el mismo papel ahora con Cataluña?


Hay una cosa que está muy clara. La represión no va a funcionar. Los ciudadanos oprimidos no van a conformarse con callar y renunciar a sus derechos y legítimas aspiraciones. La lucha será larga y encarnizada. 

Foto: Emilia Gutiérrez. La Vanguardia


domingo, 22 de octubre de 2017

El golpe del 155

Yo te pregunto a ti… ¡sí, a ti; el que estás leyendo esto ahora mismo! ¿te parece bien el desmantelamiento de las Instituciones de Cataluña en aras a “restablecer el orden” que decidirá el Partido Popular? ¿un partido que tiene una representación residual en Cataluña y que levanta fundadas sospechas de sentir odio hacia los que defienden ideales independentistas, con los que se sienten identificados al menos la mitad de los catalanes?

No me quiero dirigir ahora a todos los que legítimamente defienden la independencia – hace falta recordar que estas ideas están permitidas por la Constitución que tanto se esgrime--, sino a todos aquellos que, en Cataluña, pero también en España, creen que la democracia es el marco en el que deben resolverse los conflictos. ¿Entienden, todas estas personas, que esta es la manera de resolver el gravísimo conflicto que nos ocupa? Estoy convencido que no. Yo creo que, en España, igual que en Cataluña, los ciudadanos razonables entienden que los gobiernos no han estado a la altura, han encauzado mal el conflicto y lo han abocado a un campo minado.

Se puede estar fervorosamente en contra de la independencia, ¡sólo faltaría! Pero yo pregunto: ¿esa es la manera –el golpe del 155-- como mis conciudadanos creen que se debe resolver el conflicto? Seamos honestos: ¿puede considerarse legítimo que el Gobierno y el establishment español destruyan las Instituciones que los catalanes hemos construido a lo largo de los últimos cuarenta años? Se escudan en la ley para perpetrar tamaña barbaridad, pero son ellos los primeros que se la saltan a la torera organizando este desaguisado. Vuelvo a apelar al sentido de la legitimidad y de la proporción de mis conciudadanos: El actual gobierno del PP pretende, bajo el amparo del golpe del 155, hacerse con las riendas del gobierno de Cataluña, amordazar al Parlament, censurar los medios de comunicación, encarcelar a adversarios políticos, amedrentar a nuestros representantes políticos con la amenaza de arruinarlos o encarcelarlos, someter a funcionarios públicos que no acaten las nuevas directrices con la suspensión de su sueldo y un largo etcétera que todos conocéis. ¿Esta es la manera de defender la Constitución, de apelar al orden y la ley? Yo creo que no.. ¿y tu? Algunos alegan que lo que nos pasa nos lo hemos buscado. Volveré sobre una imagen que ya he utilizado en posts anteriores: El maltratador justifica sus hechos diciendo que la víctima lo provocó. Como si esa provocación justificara la violencia que sobre ella ha ejercido de una forma intolerable y cobarde. Pero ahora la cosa va más allá: en una venganza tan ciega como arbitraria, después de haber perpetrado su execrable crimen, las autoridades han designado al propio violador como custodio de la víctima.

Volvamos al principio de realidad. Hay un problema: 2,3 millones de catalanes llevan pidiendo una solución a su problema desde hace años sin que el Estado lo haya atendido. Al contrario, en una actitud de desprecio y de prepotencia se ha negado a trabajar en una conciliación que aviniera a todas las partes y siguiera garantizando la convivencia. Así hemos llegado a dónde estamos. Ahora, además, se suman en Cataluña muchos más ciudadanos que sin ser ni mucho menos independentistas ven con rabia e indignación que el Estado en el que han creído hasta ahora, conculca las más elementales formas democráticas. Y no están de acuerdo.

Y yo vuelvo a preguntarle a mis conciudadanos, dejando aparte el conflicto catalán, ¿creen realmente que el sistema que compone el PP, con la complicidad de Ciudadanos y del PSOE, es democrático? ¿se han preguntado qué hay detrás de esta actitud intransigente? ¿tiene algo que ver la corrupción del sistema y el temor a que, poco a poco, los ciudadanos vayamos destapando el inmenso fraude con el que nos han estado engañando y robando en los últimos decenios?

Hoy pagamos los catalanes con el infortunio de ver como se nos reprime y se destruye nuestra libertad. Muchos de vosotros, hoy ciegos por ver cómo se castiga la iniciativa independentista en la que legítimamente no creéis, ignoráis el ultraje contra las libertades que se está perpetrando. Pero pensad que mañana seréis los siguientes cuando, enarbolando con orgullo vuestras convicciones, veáis como ese mismo Estado autoritario masacra también vuestras libertades.


martes, 17 de octubre de 2017

El trípode del independentismo

Muchos de vosotros os preguntareis cómo puede ser que un movimiento que en el año 2005 tenía sólo un 13,6% de adeptos entre la población de Cataluña, tenga ahora cerca de un 34,6% de apoyo en 2017[1]. Hay encuestas para todos los gustos, unas más optimistas y otras menos; en general, a falta de realizar un referéndum con garantías legales que el Estado no ha permitido, creo que podría afirmarse que la opinión pública catalana está dividida en dos mitades en estos momentos[2]. Lo que pasa es que esta misma opinión oscila mucho y de forma constante, en función de los embates del propio Estado que, de una forma paradójica, se convierte en el principal impulsor del independentismo, en su motor más importante, al sentirse muchos catalanes atacados y la desafección de muchos indecisos que, poco a poco, viendo la actitud intransigente de las instituciones del Estado, se decantan hacia una Cataluña independiente. Además de este principio perverso de acción-reacción, en mi opinión, el movimiento independentista se sostiene en tres pilares:

1.       LO IDENTITARIO:
Para una gran mayoría de los españoles es muy difícil concebir que los catalanes puedan tener una fuerte convicción identitaria catalana y no se sientan --en mayor o menor medida-- españoles. Simplemente no lo pueden comprender, les parece una impostura, una extravagancia. Aceptan el concepto de patria chica, el sentimiento regionalista de pertenencia, pero aducen que el verdadero sentimiento nacional de un catalán ha de ser forzosamente el español. El aspecto emocional es sustancial en las convicciones independentistas. Cataluña es una nación y esta convicción tan fuerte y arraigada de muchos catalanes provoca la irritación de muchos españoles, que creen así amenazada su identidad. Este sentimiento es percibido en España como una anomalía. La nacionalidad española considera inadmisible la contumacia con la que los catalanes se niegan a ser españoles. Consideran esa actitud como una provocación. Una anomalía histórica que no acaba de solucionarse, como si los catalanes se negaran a reconocer de una vez por todas que su sentimiento es regionalista, pero que su verdadera identidad es española. Por lo tanto, está en la médula del pensamiento nacionalista español que “lo normal” es sentirse español y que sentirse sólo catalán es “una anomalía”. Así, los nacionalistas intransigentes son los otros (los catalanes, los vascos) y no lo propio, al que ni siquiera se considera un nacionalismo. O, mejor dicho, se denomina “nacionalismo” aquello que no se tolera, que es denostado, que se considera inaceptable y se habla de lo propio, en este caso del nacionalismo español, como si fuera la expresión de un patriotismo natural. Ya tenemos planteado un choque de nacionalidades: de una nacionalidad hegemónica, que impone; y de otra nacionalidad defensiva, que se resiste a ser asimilada. Frente a este nacionalismo “oculto” –el nacionalismo español--, se produce una respuesta reactiva por parte del nacionalismo denostado –el nacionalismo catalán--. La presión con la que el nacionalismo hegemónico, que es y siempre fue el español, pretende imponer su identidad sobre los otros, produce una inflamación que trabaja en sentido contrario al deseado; es decir, en lugar de invitar al “otro” a integrarse en un proyecto común, de igual a igual, buscando un encaje en que ambas identidades sean reconocidas y respetadas, el nacionalismo hegemónico acude como siempre al reflejo autoritario de imponerse por la fuerza. Es esta actitud intransigente y autoritaria es el principal estimulante para crear nuevos adeptos al independentismo. Los ciudadanos, despreciados y ninguneados en sus sentimientos, reaccionan buscando refugio en la propia nación (catalana) y articulando soluciones para escapar de la violencia ejercida contra la cultura propia para asentar la hegemónica (española). En estas circunstancias, la lengua se convierte en el bastión principal de la identidad. Por esa razón, el Estado intenta por todos los medios eliminar el catalán como lengua vehicular en las escuelas y volver a imponer el castellano. En esta lucha se materializa toda la crudeza de la agresión del Estado recentralizador. Es precisamente desde la conciencia de esta agresión, que muchos ciudadanos catalanes, que por otro lado constatan que la inmersión lingüística funciona perfectamente, han reaccionado posicionándose a favor de la independencia. La fórmula podría ser: ataque a la lengua, principal bastión de la cultura nacional, igual a reacción y deslizamiento de la población hacia sentimientos independentistas.   

2.       ACCESO DE UNA NUEVA CLASE AL PODER:
El movimiento 15-M y similares ha visto una oportunidad en el independentismo para alcanzar sus objetivos. El advenimiento de una República Catalana sería para los más desfavorecidos –y, entre ellos, sobre todo los jóvenes-- una oportunidad para empezar de nuevo y sortear las políticas de austeridad y la hegemonía neoliberal en España y Europa. Amplios sectores de la sociedad creen que la clase política sirve, por encima de todo, los intereses de los grandes poderes económicos y financieros, dejando de lado las políticas sociales. Esta actitud empobreció a las clases medias y trabajadoras con una crisis –la Gran Recesión-- que ya muchos estudiosos han demostrado que fue culpa de la irresponsabilidad de nuestras élites globales. Ahora que se produce una incipiente recuperación, los ciudadanos que fueron devastados por la crisis no ven recuperar su poder adquisitivo. Sin embargo, todos sabemos que la riqueza que se está creando de nuevo fluye a las manos de las élites privilegiadas del poder económico. Las estadísticas apuntan que los multimillonarios en España han aumentado en un 60% durante estos años de crisis (desde 2008)[3]. Esta indignante situación crea una enorme frustración. Una injusticia tan flagrante está elevando la tensión hasta cotas peligrosas. Esta es una razón por la que miles de jóvenes catalanes se han sumado al proyecto independentista, pues ven en ello una esperanza, la posible realización de un sueño de prosperidad. Tienen la simpatía de Podemos y sus confluencias que sintonizan con sus anhelos de una sociedad más justa, además de estar de acuerdo con la plurinacionalidad del Estado y ver legítima la lucha en Cataluña, aunque no estén de acuerdo con la separación de España. Los partidos neoliberales europeos y los partidos inmovilistas en España --PP, PSOE y Ciudadanos--, no son conscientes del potencial revolucionario de las jóvenes generaciones agraviadas por la crisis y las políticas injustas de los gobiernos que dominan la UE. Les explotará en la cara como una bomba de relojería, más pronto que tarde. Precisamente, lo que ellos llaman el “desafío independentista” catalán, porta también en su seno todo el potencial explosivo de esta circunstancia. De esta forma, la independencia de Cataluña se puede convertir no sólo en una amenaza a la integridad de España sino, potencialmente, en un desestabilizador de la Unión Europea, el detonador de una situación social insostenible en toda Europa. Este desplazamiento del independentismo hacia la menestralía y las clases populares es un factor clave para entender este movimiento soberanista. Los partidos que lo representan son ERC (un partido que aglutina a la menestralía catalana) y las CUP (una plataforma asamblearia que representa a las clases más populares). Ambos han tomado una gran preponderancia en los últimos tiempos y estoy seguro que si se produjeran unas elecciones, ERC daría el sorpasso al PDCAT (partido que representa a la burguesía catalana, pero que se encuentra muy tocado por sus propios casos de corrupción). A propósito de esto, hay que añadir que esta cuestión no es menor: la corrupción del sistema democrático nacido en España después del Franquismo, ha quebrado la confianza de los ciudadanos en sus representantes políticos. Los ciudadanos hemos descubierto estupefactos que la joven democracia nacida con la Constitución en 1978 ha dado paso, poco a poco, a un sistema corrupto en los que los dos partidos que se han turnado en el poder han organizado una correa de transmisión con empresas de amigotes o simplemente cómplices para saquear de las arcas del Estado los impuestos que pagamos entre todos. Yo que estoy en el poder político y dispongo de la confianza de los ciudadanos para adjudicar las gigantescas inversiones del Estado, pacto con empresas “amigas” para favorecerlas, a cambio de sobornos y futuros favores (como puede ser obtener cargos honoríficos al final de la carrera política, más que generosamente remunerados). Este asalto al Estado por delincuentes ha dejado a la población inerme, indefensa, frente a las arbitrariedades de los poderosos, que ya han tomado control de “la cosa pública” que ahora sirve sus intereses, en detrimento de los intereses de los ciudadanos y con un grave quebranto de las finanzas públicas, saqueadas con onerosos sobrecostes. Y, en muchos casos, con obras que no tienen sentido, o sólo tienen el sentido de llenar los bolsillos de los propios atracadores (véase aeropuertos innecesarios abandonados, autopistas inservibles, etc) 
Lamentablemente, los dos partidos mayoritarios –PP y PSOE-- que con su bipartidismo han dado juego a este sistema corrupto, junto con sus complicidades en Cataluña con CIU –lo que se ha dado en llamar el Régimen del 78—se han encastillado en las Instituciones del Estado y ahora saben que sólo una resistencia feroz, aunque sea degradando todavía más la ya precaria democracia, evitará que sean descabalgados del poder, juzgados y encarcelados. Así pues, también esta circunstancia ha jugado un papel esencial en la decantación de muchos ciudadanos catalanes hacia la independencia, pensando que de esta manera podrían escapar de la tenaza que los corruptos han urdido para inmovilizar el sistema y así fundar una joven nueva república que les permita soñar con una solución a sus problemas.

3.       LA COMPETENCIA POR EL PODER ECONÓMICO:
Otro factor clave para entender la enorme vitalidad del independentismo tiene que ver con la lucha por el poder entre las élites centrales y las élites catalanas, que aspiran a desarrollar el enorme potencial económico de la región, conjuntamente con Levante y Baleares. El poder central ve con recelo, desde hace años, este anhelo, esta ambición de las élites catalanas por potenciar la propia economía y competir con los mercados más dinámicos, pues ve peligrar los privilegios de los que ha gozado desde hace siglos. Hemos de recordar que no los perdió después del Franquismo, pues a pesar del advenimiento de la democracia, nunca perdieran el poder económico que siguió en Madrid. Hoy, los neoliberales aplican su programa orquestado por sus think tanks como FAES y otros, para convertir a España en un estado fuerte, jacobino, centralizado y hegemónico frente a las otras nacionalidades. Se trata de convertir a Madrid en una capital fuerte y capaz de competir con los mejores. Hasta aquí muy bien. No veo nada malo en la voluntad de las élites centrales en aspirar a más, siempre que no sea haciendo trampas –llamémosle competencia desleal-- y en detrimento de la periferia. Son numerosos los casos que podría citar aquí para demostrar esa actitud tramposa y desleal, como el entorpecimiento para crear definitivamente el corredor mediterráneo, el tapón que se pone a grandes empresas catalanas para evitar que se conviertan en líderes del mercado, como puede ser el caso del sector energético donde las decisiones las toma el Estado español; la empresa estatal AENA bloquea que el aeropuerto de Barcelona pueda convertirse en un hub global, priorizando que importantes vuelos internacionales se realicen desde Madrid; la destrucción del tradicional tejido empresarial catalán de pequeñas y medianas empresas, implementando políticas que lo perjudicaron en favor de las grandes multinacionales; la legítima aspiración de convertir Barcelona en una de las grandes capitales de Europa, etc.

Pero tan importante como todo esto es el legítimo anhelo de los catalanes de administrar su propio presupuesto sin las trabas y cortapisas de Madrid. Este asunto, como es lógico, está en el centro mismo del debate independentista. La actitud intervencionista del Estado, muchas veces haciendo trampas, como en la financiación del FLA y su terca actitud en no querer dar su brazo a torcer en el tema del déficit fiscal, son una muestra de la mala fe de un Estado que, más allá de la solidaridad debida, que Cataluña no cuestiona, sangra los recursos de Cataluña de una forma que no se corresponde con una justa distribución de los recursos entre todas las comunidades del Estado.




[1] Encuesta realizada por el Centre d’Estudis d’Opinió
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Independentismo_catal%C3%A1n