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domingo, 19 de noviembre de 2017

Prestige


Hace quince años el señor M punto Rajoy gestionó la crisis del Prestige. Una terrible marea negra se cernía sobre las costas gallegas. Un drama, una tragedia ecológica sin precedentes. Los ciudadanos, alarmados, esperaban explicaciones. El señor M punto Rajoy informó que del barco salían pequeños hilitos de plastilina. También salían pequeños hilitos de Cataluña, cuando todo el mundo estaba alarmado y veían un choque de trenes.

—No se preocupen, lo hilos que salen de Cataluña quedan inmediatamente solidificados. Se están enfriando —aseguraba M punto Rajoy.

Pero Cataluña cargaba 76 972,95 toneladas de fuelóleo de alta densidad y viscosidad. Se mascaba la tragedia. Si todo eso se vertía, podía suponer uno de los mayores desastres políticos de la historia de España. El barco se rompe y empieza a perder fuel. Todo el mundo prevé un desastre. La crisis está encima de la mesa del señor M punto Rajoy. Paralizado, no reacciona, no sabe que hacer.

—¡Hay que sacar ese barco de ahí de una puta vez! —dice alguien con sensatez.

Unos días más tarde la grieta abierta en Cataluña era ya de cincuenta metros. El fuel salía a manta del enorme vientre del Prestige. El chapapote empezaba a invadir las hasta ahora cristalinas playas. Pero M punto Rajoy no hacía nada. Finalmente, Cataluña se parte por la mitad. Las autoridades siguen negando el problema, pero 54.000 toneladas ya han sido vertidas al mar.

—¡Que no cunda el pánico! —declara M punto Rajoy. —El problema solidificará en una apañada solución y quedará tranquilamente depositado en el fondo.

Pero las autoridades, contra toda lógica, en lugar de coger el toro por los cuernos y traer a los catalanes a puerto, ¡en seguida!, para evitar que el chapapote se expande y afecte a toda la costa, para minimizar el problema, hablando y buscando una solución negociada que evite males mayores, deciden alejar el barco a alta mar, dónde el resultado a está a la vista de todos: una vez en mar abierto, el Prestige revienta y vierte miles de toneladas de crudo que se esparcirán por miles de kilómetros de costa. Cataluña, y España detrás de ella, están fatalmente prendidas en el chapapote. Es desolador ver a las aves marinas ennegrecidas, muertas bajo esta masa asfixiante. Es un desastre. M punto Rajoy, rehuyendo un mal menor, se ha metido en un avispero. Un error garrafal. Una negligencia que cambiará para siempre la armoniosa vida de nuestras costas. 


Foto: Me encantaría citar la autoría de esta fotografía magnífica que he encontrado en Internet, pero sin mención alguna al autor. Si alguien lo sabe, por favor que me lo haga saber.


sábado, 8 de octubre de 2016

Golpe de estado, secuestro de la democracia y fraude electoral

¿Habéis leído el artículo que Manuel Castells ha publicado hoy en La Vanguardia? Os adjunto el enlace para que podáis acceder: clicar aquí. No tiene desperdicio, no se puede explicar de una forma más clara y directa lo que está pasando ahora mismo en este país. El artículo es demoledor y conviene recordar que es la contundente opinión de uno de nuestros más brillantes sociólogos, con un curriculum espectacular. Una eminencia que ejerce, entre otras muchas cosas, de profesor universitario de Sociología y de Urbanismo en la Universidad de California en Berkeley --nada menos—y, Según el Social Sciences Citation Index 2000-2014, Manuel Castells es el quinto académico de las ciencias sociales más citado del mundo y el académico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) más citado del mundo (cito literalmente a la Wikipedia). Pues bien, nada menos que una persona cómo él dice cosas como la siguiente y lo cito textualmente:
Mientras usted lee estas líneas en su calma sabatina, los barones regionales del PSOE ultiman una reunión para atar de antemano el comité federal a celebrar los próximos días en donde esperan imponer una fórmula para que Rajoy y el más corrupto partido de nuestra democracia continúen gobernando cuatro años más.
Y dice, refiriéndose a la más que probable abstención del PSOE, que así…
…se culmina el golpe de estado interno que marca un hito en el proceso de degeneración política del PSOE, el partido más histórico de España.
Más claro, todavía: el PP y el PSOE están ultimando los detalles para dar un golpe de estado contra la ciudadanía de este país, encastillándose en el poder y blindándose contra la movilización ciudadana, que empieza a ser consciente de que han secuestrado su democracia.
Además, como bien señala el profesor Castells, se ha producido un fraude electoral por parte del PSOE, pues este partido concurrió a las pasadas elecciones con el lema “no es no” a Rajoy. Por lo tanto, los electores lo votaron para que defendiera esta posición fundamental del candidato. Al ser cesado de forma fulminante, los caciques del PSOE, no sólo han decapitado a Pedro Sánchez, sino que han dado un golpe de estado contra su propio electorado.
Pero hay más en este golpe de mano: una maniobra antidemocrática para neutralizar a los movimientos partidarios del derecho a decidir. Dice Castells:
Se ha creado un bloque constitucionalista que excluye por definición a un tercio del electorado, como si defender el derecho a decidir, legal y democráticamente, fuese un motivo para denegar la participación en el sistema político. Es, en realidad, un frente anticatalán el que está en la base de la alerta roja que se declaró en el partido socialista cuando Sánchez intentó negociar la formación de una alternativa.
Por lo tanto, esto es también un golpe de estado contra una parte significativa de la ciudadanía que quiere expresar democráticamente su derecho a decidir. Hay aquí un movimiento antidemocrático de los llamados “constitucionalistas” para imponer por la fuerza el nacionalismo español.
Pero también sabe Castells que la junta golpista del PSOE no ha decapitado a Pedro Sánchez sólo para imponer el nacionalismo español y las exigencias –digamos—del IBEX 35 así como las perentorias instrucciones –por no decir ordenes que ambos, PP y PSOE-- reciben de Bruselas, sino que “estas brigadas acorazadas sureñas, con amplio apoyo mediático e internacional” –dice Castells—pretenden, en el paroxismo de la vergüenza, blindarse en su poder corrupto, para defender sus prebendas, sus sueldos, sus poltronas ante el pánico de que finalmente los españoles los desalojemos del poder. Esta es la miserable realidad de la situación a la que hemos llegado.
Y dice por último Castells, con meridiana claridad y lucidez, que:
Lo que quieren –esta junta golpista del PSOE—es moverse al centro y construir un cordón sanitario contra Podemos hasta expulsarlos del sistema institucional y confinarlos a la calle en donde los antidisturbios –recordemos las leyes que se han pasado sobre esto—les tienen ganas.

Estoy totalmente de acuerdo con este artículo brillante del profesor. Si lo dijera un ciudadano de a pie, sin los méritos de Castells, sería tildado de extremista y poco cabal. Pero lo dice el profesor de Berkeley Manel Castells. No creo que esta eminencia se juegue su prestigio diciendo sandeces o exponiendo argumentos que no estén bien contrastados. Estoy convencido. Estoy igualmente convencido de que tiene buenas fuentes de información, que dispone de un punto de vista privilegiado para analizar la realidad española, lo que supone un privilegio para los que lo podemos leer y una fuente de opinión valiosísima para nuestro debate democrático. Y yo digo que, finalmente, lo que se está produciendo es un secuestro de nuestra democracia por parte de los partidos protagonistas del sistema corrupto, ya agónico, en que degeneró el régimen democrático surgido en 1978. Está a punto de acceder al poder un partido que nos ha robado a manos llenas como ya se ha hecho evidente en los tribunales. Y, si los ciudadanos no reaccionamos a tiempo, nuestra democracia corre el riesgo de ser finalmente engullida.