martes, 13 de febrero de 2018

Mimí


¡Uy, por dios! Mira esa del galgo como viene por ahí, bonito perro pero altivo, con esos aires ella, medio despechugada, la galguita con sus melenitas y sus pompones, pintarrajeada y dándoselas de gran señorona ¡que manía con operarse los labios! Esas piernas tan largas, tachin tachan, ¡como la galguita! ¿es un afgano de esos? El culo prieto y mirando parriba, patam patum, aquí estoy yo. Recién salidas las dos de la peluquería, ¿a cuál irán? Madre mía, como se parecen los perros a sus amos, ¿por qué será? Remilgada, uy, esta no friega, te lo digo yo, el maromo se lo paga todo. Y yo tan sola. Este café está frío, ¡camarero!, con lo que cobran en estas terrazas de la Rambla de Cataluña, me encanta, la rambla más bonita de Barcelona ¡y esas casas! El casero dale que dale, que si me atraso, ya veré como salgo adelante este mes. Esta acidez me mata. Mira si no a Juanjo, con el buldog francés ese que tiene igualito que él, puro mimetismo, qué carácter, uy, por dios, ¡sí! con esa cara chata que no pueden ni respirar, baboso, ese pelo cortito sal y pimienta que parece un marine, ¡oi, oi, oi! y tan machote él, con esos andares paticortos de aquí estoy a ver qué pasa y esa mirada impertinente. Y que bíceps, madre mía, ¡hombretón!, un poco chaparrete para mí, barriga cervecera. Mira ese del acordeón, erase una vez un hombre pegado a un acordeón, Emir Kusturica gato negro gato blanco ¿y tú que miras, espabilado? ¡qué sabrás tú de pasar hambre! Estoy hecha un horror. Los años. Y digo yo, ¿qué pensará la gente de mí?, aquí sentada a la mesa viendo pasar al personal, ¡vieja loca!, dicen, ¡aféitate la barba, que se te ve el plumero!, descarados, qué saben ellos de la soledad de la pobre Mimí, pero tiene a su Darlin, a qué sí, Darlin, uy sí que bonito, uy sí, potolete mío, con sus cejitas de abuelete, y sus lacitos rojos, me encantan los abrigos rojos con solapas amplias, mujer fatal, que sabrán ellos de elegancias, del glamur, fumando con una boquilla larga de esas antiguas de nácar ¡ay! Joven que joven era, Mamá, ¡Mamá!, tu no me entiendes, claro que te entiendo, mi niño. Y esos perros ¿cómo se llaman? fox terrier, cejas frondosas de vejete malhumorado, se parecen a Sean Connery uy que guapo haciendo de coronel británico en la India ¡teniente, prepare el té para las cinco y cuide esos botones! ¡Sí, mi coronel! Bah, ridículo. El camarero ni caso, guapetón vente pacá, primero los guiris, ¿no te jode? En casa no pasan las horas, aquí al menos pasa la gente adónde irán tan ajetreados ¿Quién es más mono que mi bichón habanero? Ninguno, a que sí, uy, a que sí, tiene el pelo lacio, da gusto acariciarlo, a que sí, a qué sí, aquí encima de mi faldita, las dos juntitas, mi potolete, y que bueno es, y educado: sólo ladra a los desvergonzados, di que sí, potolete. No volveré más a esa peluquería, habrase visto, ves con cuidado, niña, no ves como gime, ¡le haces daño, mi niña, que no lo ves! Son unas brutas. Sesenta euros, uf, un timo.