He acabado de leer el ensayo El punto ciego de Javier Cercas. Es una
teoría sobre la novela. Se basa en la idea, muy original y muy bien explicada
en el libro, de que las buenas novelas tienen un “punto ciego”, es decir, un
lugar donde “no se ve”, el lugar en el que el lector se encuentra ante el
enigma de la novela. Un enigma que queda irresuelto, pues, como dice Cercas,
las buenas novelas presentan una pregunta que no tiene respuesta. La respuesta
es el propio desarrollo de la pregunta. Una pregunta que es el propio libro, la
ambigüedad, la multiplicidad de la verdad que en él se despliega. Una situación
que aboca a la única certeza: que la verdad es ambigua, múltiple y muchas veces
contradictoria.
Esta idea me ha parecido
sumamente interesante. Javier Cercas lo fundamenta en las que él considera las
grandes novelas de la historia, principalmente El Quijote. Esta regla formal o
estética añade una enorme profundidad a la novela como género literario, que —en
función de este punto de vista-- deja de ser un libro de “entretenimiento”,
para convertirse en un texto filosófico, o mejor, en un instrumento para
transformarnos y para transformar el mundo.
También me seduce
su idea de que la literatura es un engaño consentido, pues se ocupa de la
realidad a través de los textos; es decir, es una representación de la realidad
y como tal puede simular que explica fenómenos reales, engañando al lector, que
cree a pies juntillas que lo que se le explica es una crónica real, cuando en
realidad es simplemente una fabulación. Es habitual que, en nuestro afán de
autosugestión, creamos que el universo de la novela que acabamos de leer es
real. De hecho, acaba siendo tan o más “real” que los hechos, lo que demuestra
nuestra capacidad de ensoñación, de representación. ¿Vivimos en la realidad
factual o en la virtual? Hoy, más que nunca, esta es una pregunta pertinente.
Como en ella, la verdad no es monolítica, sino paradójica, ambigua, incluso, muchas veces, contradictoria. Por esto la novela, como la realidad, no resuelve
ningún enigma, sino que los plantea. ahí está la cosa.
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