Capitalismo de corsarios.
Los piratas asaltaban a pecho descubierto, en cambio los corsarios lo hacían con el aval del rey. La economía de los corsarios depreda el sistema con la bandera del sistema y en nombre del sistema. Son ellos, pues, los grandes subversivos. la crisis económica no es sólo debida a la deuda y a la persistencia del déficit, como sostiene la troika. También se debe a la falsificación de las cuentas, a las fugas de capitales y a las trampas del mercado, avaladas por estados y agencias.
Antoni Puigverd (La Vanguardia, 6 de abril de 2016)
El NYT publica esta mañana una
nota interesante sobre los llamados papeles
de Panamá. El articulista Hace hincapié en las dificultades que tienen los
gobiernos para recaudar lo que les deben estos evasores. Aun así, parece que
hay signos de un cierto progreso. Se dice que la OCDE ha tomado medidas. Desde
2011 alrededor de 20 gobiernos han conseguido recaudar 50.000 millones de
dólares en impuestos adicionales, como consecuencia de sus esfuerzos para
pillar a los defraudadores. Así mismo, se ha producido un descenso en el número
de empresas offshore, que ha pasado de 13.000 que había en 2005 hasta las 4.300
contadas en 2015. Suiza y Luxemburgo, aparte de Panamá, siguen siendo
importantes y poderosos centros de captación de capitales que mantienen el
anonimato de sus clientes. Según confirman las autoridades de la OCDE, los
bancos siguen siendo muy reacios a entregar información. Expertos en el tema,
como Gabriel Zucman, que ha escrito un libro sobre este asunto, “The missing health of nations”,
son muy escépticos acerca de la colaboración de los bancos en este importante quebranto
de la hacienda pública. El propio Zucman afirma que los bancos han sido,
durante décadas, los cómplices de criminales y evasores millonarios sirviendo
claramente sus intereses en detrimento del bien público. Este autor pone como
ejemplo la multa millonaria que el gobierno de USA, a través de los tribunales de
justicia, logró imponer a Crédit
Suisse por esta causa. Una multa de 2.600 millones de dólares por ayudar
a evadir impuestos. Esto parece mucho dinero, ¿no? Pues bien, según el propio
presidente del banco, este castigo no tuvo prácticamente impacto material en la
capacidad operativa de Crédit Suisse
o en su potencial de negocio.
Es por lo tanto una evidencia que
el sistema bancario está en connivencia con el delito de evasión fiscal. Esto es
especialmente chocante cuando pensamos que los gobiernos han convertido a la
propia banca en su principal instrumento de recaudación fiscal, para que
fiscalice y si hace falta “secuestre” nuestras cuentas, de forma que paguemos
puntualmente nuestros impuestos. En un futuro cercano, todas nuestras
transacciones pasaran por nuestra cuenta corriente. El dinero físico
desaparecerá, así nos tendrán perfectamente controlados. En cambio, aquellos
que no viven de su nómina o sus modestos ahorros, y que han llegado a amasar
inmensas fortunas, ven como este mismo sistema los ayuda a evadir. De esta
forma los ricos son cada día más ricos, las clases medias desaparecen y los
pobres son cada día más pobres. Y para colmo, nuestros gobernantes han
rescatado a los bancos con nuestro dinero cuando esta crisis, de la que es
responsable –por imprudente-- el propio sistema financiero, ha quebrantado sus
balances.
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