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domingo, 10 de abril de 2016

Palabras para Daniel



Palabras para Daniel
Homenaje a José Agustín Goytisolo

Recuérdalo siempre Daniel,
todos perdimos un día la inocencia,
paraíso de la infancia,
que tú estás a punto de abandonar.
¡La vida vuela!

Llegarán, antes o después, los momentos amargos
pensarás entonces en el paraíso perdido
te invadirá una honda nostalgia.
Pero te diré que a pesar de los sinsabores
vale la pena vivir;
¡La vida es bella!

No encontrarás en los hombres, a la hora de la verdad,
ni solidaridad ni mucho amor:
te sentirás muchas veces solo.
Pero piensa que no hay más que esta compañía;
Busca en ella el consuelo
cuando se abra el abismo de la soledad.
¡La vida vuela!

Tendrás amigos,
pocos,
pero esenciales para tu vida:
¡Cuídalos!, pues sin ellos no eres nada.

Conocerás el amor
y recuerda:
puede ser muy esquivo,
incluso fugaz.
Pero su flecha te marcará para siempre
Y sólo cuando lo hayas perdido,
y mires hacia atrás,
sólo por haber sentido su veneno
sabrás que la vida ha valido la pena.
¡La vida vuela!

Estate atento a los caprichos del destino
pues la rueda de la fortuna juega con nosotros
cuando menos lo esperes, puedes perder todo lo que tienes
… ¡y volverlo a ganar todo de nuevo!
¡El vaivén de la vida!

Ten en cuenta el valor relativo de las cosas;
Pues andamos toda una vida detrás del señuelo como una liebre,
para descubrir un día cuan insignificante y nimio era nuestro objetivo.
Descubre pues qué es lo esencial
¡Que la vida vuela!

Aleja de ti la soberbia y el orgullo
recuerda lo que te digo: tú solo no eres nada
tu dignidad va pareja a la de los demás.
Lo mismo digo de tu libertad:
si ves que los demás la pierden
y no haces nada,
Pronto perderás la tuya también.
¡Así es la vida!

Si eres fuerte y capaz,
muchos reclamarán tu ayuda: ¡dásela!
Pero recuerda una cosa: si un día te encuentras en apuros,
no esperes nada. Así son los hombres…

Nunca mendigues la libertad.
Ni siquiera mendigues por dinero.
Otros te la tomaron y deberás conquistarla.
Cuando desfallezcas,
que llegará segura la ocasión,
piensa que la vida es lucha
y sin ella no eres nada.
¡Así es la vida!

Algunas veces, más adelante,
cuando se acerque el crepúsculo de tu vida,
sentirás el desengaño y la decepción.
Lamentarás haber nacido y desearás no ser más.
Pero recuerda lo que te digo:
a pesar de todo, vendrán momentos de intensa plenitud y felicidad
que compensaran, a pesar de su fugacidad,
la acritud del destino.
¡La vida es bella!

Y siempre recuerda esto:
El deseo es lo que te mueve,
la vida es pasión, ¡la vida vuela!
Te arrepentirás más tarde de no haber hecho algo
¡Aprovecha!
Aunque ello te pueda pesar, asume con valentía las consecuencias.
¡Así es la vida!
¡La vida es bella!

jueves, 7 de abril de 2016

¿Por qué me gusta la poesía?


Me gusta la poesía, cada vez más. En estos años pasados, en los que se me hacía difícil la concentración, la poesía ha resultado una gran compañera. Es una forma de leer diferente, al que se accede con otro ritmo. Su musicalidad abunda, como un mantra, en la posibilidad de ser atrapados y seducidos. Permite concentrar una idea, trasladar un mensaje o suscitar una emoción de una forma muy concisa, con economía de palabras. Es como paladear un rico manjar, que uno degusta poco a poco, celoso de que se acabe. En un breve fragmento puedes descubrir un mundo. Un solo verso afortunado, puede abrirte una emocionante sugerencia. En cierta forma, es la quintaesencia de la escritura, ya que podemos acceder a poderosas intuiciones con un mínimo de recursos narrativos. Es la máxima concisión literaria; todo es esencial y nada se desperdicia. Cada palabra puede evocar en nosotros un pensamiento.

La poesía, al contrario que la filosofía, permite expresar nuestros pensamientos más elevados, sin la exigencia de la lógica, sin remitirse a un sistema coherente, demostrable y cerrado en sí mismo. La poesía indaga en el mundo de las intuiciones. Es otra forma de la verdad, acaso más auténtica y directa. Una verdad personal que, apelando a la propia experiencia, nos acerca a los límites de la razón. Un espacio más allá de lo demostrable, pero que, en su realidad inteligible y misteriosa, al ser compartida entre el lector y el poeta, produce una honda emoción, un inmenso placer. Es el poder benéfico de saber que al menos otro individuo comparte un espacio misterioso, apenas intuido, pero que nos acerca a ese linde entre la luz y la sombra que solo la poesía puede describir. Hoy que la espiritualidad es un espacio abandonado por la persona, la poesía puede convertirse en un “despertador” de este ámbito. Un ámbito inmenso y esencial para el cultivo pleno de un individuo, pero que por desgracia hemos abandonado en beneficio de la religión. Siglos de fanatismo han convertido la religión en una cárcel para la conciencia. La recuperación de la libertad pasa por el redescubrimiento de la espiritualidad, y la poesía puede ser un excelente instrumento para cultivarla.

sábado, 2 de abril de 2016

El poeta José Ángel Valente

José Ángel Valente (Orense 1929 - Ginebra 2000) es mi poeta favorito. Uno de sus mejores libros es Fragmentos de un libro futuro, su obra póstuma y que cierra con un haiku maravilloso, enigmático y de una enorme profundidad, y en el que de una manera inquietante parece como que el propio autor intuye su muerte próxima. Dice así:

Cima del canto,
el ruiseñor y tú
ya sois lo mismo

Todo este breve poemario está escrito en este tono místico, esencial. Su lectura me inspiró la ilustración de algunos poemas del libro, aunque esto en principio pueda parecer una contradicción, por la propia condición de la poesía y más aún tratándose de un poeta, aquí místico, metafísico, como Valente.

Ahí van algunas muestras: