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miércoles, 6 de abril de 2016

La banca, corsarios del sistema



Capitalismo de corsarios. 
Los piratas asaltaban a pecho descubierto, en cambio los corsarios lo hacían con el aval del rey. La economía de los corsarios depreda el sistema con la bandera del sistema y en nombre del sistema. Son ellos, pues, los grandes subversivos. la crisis económica no es sólo debida a la deuda y a la persistencia del déficit, como sostiene la troika. También se debe a la falsificación de las cuentas, a las fugas de capitales y a las trampas del mercado, avaladas por estados y agencias. 
Antoni Puigverd (La Vanguardia, 6 de abril de 2016)

El NYT publica esta mañana una nota interesante sobre los llamados papeles de Panamá. El articulista Hace hincapié en las dificultades que tienen los gobiernos para recaudar lo que les deben estos evasores. Aun así, parece que hay signos de un cierto progreso. Se dice que la OCDE ha tomado medidas. Desde 2011 alrededor de 20 gobiernos han conseguido recaudar 50.000 millones de dólares en impuestos adicionales, como consecuencia de sus esfuerzos para pillar a los defraudadores. Así mismo, se ha producido un descenso en el número de empresas offshore, que ha pasado de 13.000 que había en 2005 hasta las 4.300 contadas en 2015. Suiza y Luxemburgo, aparte de Panamá, siguen siendo importantes y poderosos centros de captación de capitales que mantienen el anonimato de sus clientes. Según confirman las autoridades de la OCDE, los bancos siguen siendo muy reacios a entregar información. Expertos en el tema, como Gabriel Zucman, que ha escrito un libro sobre este asunto, “The missing health of nations”, son muy escépticos acerca de la colaboración de los bancos en este importante quebranto de la hacienda pública. El propio Zucman afirma que los bancos han sido, durante décadas, los cómplices de criminales y evasores millonarios sirviendo claramente sus intereses en detrimento del bien público. Este autor pone como ejemplo la multa millonaria que el gobierno de USA, a través de los tribunales de justicia, logró imponer a Crédit Suisse por esta causa. Una multa de 2.600 millones de dólares por ayudar a evadir impuestos. Esto parece mucho dinero, ¿no? Pues bien, según el propio presidente del banco, este castigo no tuvo prácticamente impacto material en la capacidad operativa de Crédit Suisse o en su potencial de negocio.


Es por lo tanto una evidencia que el sistema bancario está en connivencia con el delito de evasión fiscal. Esto es especialmente chocante cuando pensamos que los gobiernos han convertido a la propia banca en su principal instrumento de recaudación fiscal, para que fiscalice y si hace falta “secuestre” nuestras cuentas, de forma que paguemos puntualmente nuestros impuestos. En un futuro cercano, todas nuestras transacciones pasaran por nuestra cuenta corriente. El dinero físico desaparecerá, así nos tendrán perfectamente controlados. En cambio, aquellos que no viven de su nómina o sus modestos ahorros, y que han llegado a amasar inmensas fortunas, ven como este mismo sistema los ayuda a evadir. De esta forma los ricos son cada día más ricos, las clases medias desaparecen y los pobres son cada día más pobres. Y para colmo, nuestros gobernantes han rescatado a los bancos con nuestro dinero cuando esta crisis, de la que es responsable –por imprudente-- el propio sistema financiero, ha quebrantado sus balances.