Hace quince años el señor M punto Rajoy gestionó la crisis
del Prestige. Una terrible marea negra se cernía sobre las costas gallegas. Un
drama, una tragedia ecológica sin precedentes. Los ciudadanos, alarmados,
esperaban explicaciones. El señor M punto Rajoy informó que del barco salían
pequeños hilitos de plastilina. También salían pequeños hilitos de Cataluña,
cuando todo el mundo estaba alarmado y veían un choque de trenes.
—No se preocupen, lo hilos que salen de Cataluña quedan
inmediatamente solidificados. Se están enfriando —aseguraba M punto Rajoy.
Pero Cataluña cargaba 76 972,95 toneladas de fuelóleo de
alta densidad y viscosidad. Se mascaba la tragedia. Si todo eso se vertía,
podía suponer uno de los mayores desastres políticos de la historia de España. El
barco se rompe y empieza a perder fuel. Todo el mundo prevé un desastre. La crisis
está encima de la mesa del señor M punto Rajoy. Paralizado, no reacciona, no
sabe que hacer.
—¡Hay que sacar ese barco de ahí de una puta vez! —dice alguien
con sensatez.
Unos días más tarde la grieta abierta en Cataluña era ya de
cincuenta metros. El fuel salía a manta del enorme vientre del Prestige. El
chapapote empezaba a invadir las hasta ahora cristalinas playas. Pero M punto
Rajoy no hacía nada. Finalmente, Cataluña se parte por la mitad. Las autoridades
siguen negando el problema, pero 54.000 toneladas ya han sido vertidas al mar.
—¡Que no cunda el pánico! —declara M punto Rajoy. —El problema
solidificará en una apañada solución y quedará tranquilamente depositado en el
fondo.
Foto: Me encantaría citar la autoría de esta fotografía magnífica que he encontrado en Internet, pero sin mención alguna al autor. Si alguien lo sabe, por favor que me lo haga saber.
Muy acertado! Este es el tipo de chapapote que no se diluye.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo