__ Parece que
hoy me encuentro un poco más animada__ declara Flora liándose un cigarrillo.
Estamos frente al mar y el crepúsculo se presenta interesante. Una ocasión
ideal para una tertulia.
__ Me alegro.
Al fin y al cabo, esto es como un duelo. Cuando una historia de amor termina,
es como si se hubiera producido una pequeña muerte. Sentimos un desgarro en
nuestro interior.
__ Me siento
vacía por dentro. __ confiesa Flora, y vuelve a sumirse en una profunda
tristeza, que no había aparecido, en todo el día, hasta ahora.
__ Sí, es
verdad… el desengaño amoroso es insoportable. Es uno de los principales motivos
pasionales de la humanidad. Desde siempre. No hay relato que no lleve este
ingrediente. No hay dolor ni desgarro peor que este. __ añado, intentando
relativizar su situación.
_ ¡Y a mí qué
me importa la humanidad, no me consuela en absoluto!
__ Eres muy
joven todavía, ¡veinticuatro años! __ le digo, con la suficiencia impertinente
de quién ya ha pasado por todo esto__ Todo pasará. Poco a poco, el tiempo irá
poniendo las cosas en su sitio y restañando las heridas. Es verdad que cuando
uno es joven le parece que el mundo se acaba. Y el sufrimiento es muy cierto.
Pero ya verás que superarás esta etapa antes de lo que crees. Incluso, me
atrevo a decirte que es una experiencia necesaria.
__ Pues yo la
verdad es que me tiraría por la ventana __ se lamenta Flora con los ojos
vidriosos y la mirada perdida en el infinito __ La vida ya no tiene ningún
sentido para mí… no sé, es que no puedo entender cómo ha pasado. Así, tan de
repente. De la noche a la mañana… todo ha desaparecido. No me parece real. Es
como si estuviera viviendo una pesadilla. Todo iba bien. No había conflictos. Y
de repente, a consecuencia de una conversación casual, me dice que ha decidido
dejarlo. No tiene ningún sentido.
__ No te atormentes
buscando una explicación racional a una cosa que no depende únicamente de una
decisión lógica. __ le aconsejo, intentando evitar que se atormente con las
razones de la separación __ Estas cosas dependen del sentir; las emociones poco
tienen que ver con la razón. Por lo que sea, ella ha decidido dejarte. De una
manera o de otra, aunque en un proceso inconsciente, ella ha acabado madurando
razones que le dicta su corazón.
__ ¡Qué he
hecho mal!, ¡dónde ha estado mi error! __ Una y otra vez Flora vuelve sobre la
cuestión de la ruptura, como intentando encontrar la explicación definitiva, el
porqué del desamor de su compañera.
__ Hay otra
persona… ¿le has preguntado? __ le inquiero, con un hilo de voz, temeroso de
destapar la caja de los truenos.
__ Ella me ha
jurado y perjurado que no. __ dice, mortificada. __ No lo sé…
Dejamos pasar
unos minutos, en silencio. Flora aprovecha para liarse un nuevo cigarrillo.
Aunque ya no fumo, le pido uno, ya que me siento triste y ansioso al no poder
hacer nada para consolarla.
__ La
escribiré para tener un nuevo encuentro con ella a la vuelta de mi viaje. __
continúa__ Creo que tenemos aún muchas cosas de qué hablar. Le prometeré que no
seré tan quisquillosa, que tendré mejor humor por las mañanas y por las tardes
cuando vuelva cansada de trabajar…
__ Flora… creo
que debes dejar de engañarte a ti misma. Esta historia ya no volverá. Se acabó.
Es el final y punto. Es muy duro, pero tienes que hacerte a la idea. __ le aconsejo,
intentando evitar que deposite, de nuevo, esperanzas en la que es, a todas
luces, una historia que terminó __ Te conviene superar la prueba. Es muy
doloroso, pero tienes que tragarte el sapo poco a poco. No alimentes una
ilusión quimérica, pues sólo incrementará tu dolor y evitará que la herida vaya
cicatrizando.
__ Es que no
puedo. No puedo olvidarla. Es el amor de mi vida. Todo iba tan bien… Teníamos
tantos planes. __ Flora se sume en un angustioso desconsuelo. Me veo impotente
para ayudarla. No hay argumento posible. No queda otra que la compañía, hacerla
sentir que uno está cerca.
Pasan de nuevo
unos minutos en los que ambos aprovechamos para disfrutar del crepúsculo y de
la cerveza fresca. Con el embrujo del humo del tabaco, que forma volutas en el
aire inmóvil de la tarde, caigo en una ensoñación. Reflexionando sobre el amor,
pienso en la sensación de plenitud, de vitalidad y felicidad que representa su
presencia en nuestra vida; en cambio, la ausencia de éste, es como un descenso
a los infiernos, como si la muerte se hubiera apoderado de nosotros. Los
antiguos pensaban que la vida era un ciclo de muerte y renacimiento. Este ciclo
de vida y muerte estaba pactado con los dioses a través de una alianza. Ellos
concedían a los mortales el poder de renacer como civilización y también decidían
cuando esta declinaba y desaparecía. Lo mismo servía para los individuos. De
hecho, se creía que la divinidad entregaba a los hombres, normalmente a su rey,
un símbolo de esta alianza. Por un lado, esto legitimaba el poder real ante la
sociedad, que veía a su soberano como directamente investido por los dioses, y a
la vez convencía a los humanos, ante la evidencia de un objeto material de
origen divino, que existía realmente una relación sagrada entre lo divino y lo
humano. De hecho, se pensaba que este objeto pasaba de un mundo a otro cada
cierto tiempo, para volver a restablecer los lazos. Era la muerte de una edad
que daba paso al renacimiento de otra, en un eterno renacer de las cosas. Así,
el renacer de la vida en primavera después del arduo invierno se convirtió en
una afortunada metáfora de este hecho.
__ La vida es
un continuo morir y renacer __ sentencio al cabo de un rato, poniéndome
filosófico después de mi divagación e intentando apaciguar su desconsuelo. __
Fíjate, estamos en Grecia. La cuna de nuestra civilización. Miles de años de
historia. Pero al igual que las personas, las civilizaciones nacen y mueren
para volver a renacer. Es nuestro destino. Ya sé que es trágico. Muy duro de
asumir cuando le afecta a uno. Pero es
así. Uno de los tormentos de los seres humanos es este ciclo ineludible. Las
cosas no se mantienen eternamente. Tienen un principio y un fin. A nosotros nos
gustaría mantenernos siempre en el momento de máximo esplendor, de máxima
felicidad. Pero eso no es posible, este privilegio está únicamente reservado a
los dioses. Ellos juegan con nosotros y nos hacen caer y levantarnos de nuevo.
Como para reiniciar eternamente el mismo juego, pero con distintos actores. Un
continuo entre la vida y la muerte que nunca se acaba. El eterno retorno. Por
lo tanto, lo mismo ocurre con el amor. Tú te has enamorado y cuando estabas en
el cénit de tu relación y pensabas que duraría toda la vida… lo pierdes.
__ Tú siempre
te pones trascendente, pero el asunto es más cotidiano que todo esto. Muchas parejas
aguantan toda la vida. ¿Por qué no podría ser este mi caso? __ me replica con
un punto de desesperación. __ Yo la quiero. Y lo que más me sorprende es la
frialdad con la que ha puesto punto final a esta historia. No parece sentir
nada. Como si no la afectara en absoluto. Me pregunto si realmente estaba
enamorada de mí. No me quiere… ¿cómo no me he dado cuenta antes?
__ En una
relación siempre hay el amante y el amado. Este tema fue tratado por Platón por
primera vez y ha sido recurrente en la literatura erótica de todos los tiempos.
__ Le explico, algo incómodo por mi pedantería. Pero no sé cómo explicar mejor que,
en una relación, haya quien ama y el que se deja amar.
__ Pero, para
mí, es como si me hubieran arrancado un brazo. Es un dolor interior, seco y
terrible, que me destruye las entrañas. No tengo hambre. Siento una profunda
tristeza y desconsuelo. Sin embargo, ella parece sentirse como si nada hubiera
pasado. ¿Acaso no siente todo lo que hemos vivido juntas, estos años en común?
¡Es fría como un témpano!
Extracto del
libro inédito VIAJE A GRECIA: LA TRÍADA HELÉNICA Y EL ENIGMÁTICO ÍBICE DE ORO
Autor: Francesc
Marfull
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